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LA RACIONALIDAD MODERNA EN EL PROCESO DE OSCURECIMIENTO… 295 , s - . - a s a - y a s - l l a n a , e - , s e s - - e - a Farrington al ver la orientación antropológica que Sócrates da a su pensamiento, propuesta frente a o contra la “fisiológica” de los que primero habían filosofado 36 . Sería obligado referirse también al aura cuasi-religiosa que envuelve a influyentes filosofías del momento. Podrían resumirse éstas, tomando las cosas de algo más atrás, en el practicismo europeo y en el pragmatismo americano. No se olvide que estamos situados en el terreno de intereses humanos últimos, como lo son eminente- mente los religiosos. La orientación practicista europea se origina, al menos abiertamente, en Kant, quien, influido por Rousseau, asocia el pensamiento de la religión a la vida moral. Kant está muy presente en varias de las líneas que al presente se siguen en la indagación filosó- fica. Yo sugeriría aquí fijarse en Nietzsche, escarmentado discípulo de todo el siglo XIX germano, y que, en importantes puntos, es la con- trafigura de Kant. Por lo que hace a la religión, Nietzsche no piensa ya en dioses. Sería un practicista poskantiano sin los postulados del maestro. Nada sabe de trascendencias y salvaciones en el más allá. Se constituye, sin embargo, en profeta y, por boca de Zaratustra, 36 Farrington vendría a coincidir con Nietzsche en acusar a Sócrates y a su enseñanza filosófica de haber pervertido la original inclinación del alma griega, mas lo hace sobre distinto fundamento. Para Farrington la perversión efectuada por Sócrates, consumada en Platón, consistió en haber desviado el estudio, de la inves- tigación científica de la naturaleza, hacia el hombre y la moralidad. Los naturalistas presocráticos habrían sido ateos. Los humanistas platónicos decidieron una visión del mundo en la que la Divinidad era medida de todas las cosas. B. FARRINGTON, La ciencia y la filosofía en la Antigüedad (Barcelona 1992); ID., Ciencia y política en el mundo antiguo (Madrid 1980). Lo que habría que añadir aquí es que un Farrington que describiera el curso de los hechos hasta la situación actual podría ver en ella una disposición de espíritu consonante de nuevo con las preocupaciones prácticas (morales y políticas), contra las orientadas a la investigación de la Naturaleza. Estas últimas fueron las dominantes en la mentalidad creadora de la ciencia moderna (la física y los demás saberes elaborados según su modelo). A favor de esa mentalidad se pronunciaba Farrington, recordando a los filósofos naturales anteriores a Sócrates. La filosofía de Platón, eminentemente política, con los supuestos “teológicas” que esa política implicaba, significaban un retroceso, según Farrington, respecto a dichos filósofos naturales. De cómo hoy nos encontramos en otras coordenadas espirituales, y de cómo ello va a reflejarse en la experiencia que se pueda tener de la realidad reli- giosa, es cuestión que pide tratamiento aparte.

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