NG200701010
e , . l - - e l - - - - s a l l - - e y o - e - LA RACIONALIDAD MODERNA EN EL PROCESO DE OSCURECIMIENTO DE LO SAGRADO La filosofía, cuando entra a dilucidar los asuntos de fe, padecerá la tentación de hacerlos suyos, lo que actuará como disolvente de la religión, la que, a su vez, elevada a tribunal de juicio de todos los problemas, llevará al rechazo de la filosofía. Estaríamos ahí ante situaciones extremas derivadas de opuestos puntos de vista: el que deja toda iniciativa de juicio y toda capacidad de discernimiento en manos del hombre, en sus facultades naturales; o, por el contrario, el que requiere el auxilio de alguna virtud supe- rior al hombre natural. Queda insinuada con ello la doble pendiente por la que podría deslizarse la elección de formas de vida. Forma reli- giosa de vida, hasta excluir la filosofía. Forma de vida filosófica, hasta entender que el que la practique ya tiene religión. Son extremos ejemplificados de continuo en la historia. Recu- rrentemente vienen a escena. Su oposición ha sido, a su vez, repe- tidamente denunciada. San Agustín lo hizo cuando, para su tiempo, vio ejemplificadas esas posiciones en pelagianos y maniqueos, que él presenta ya como extremosas y contrarias: la pelagiana, como propia de “filósofos” que cuestionan la religión; la maniquea, al contrario, como de “elegidos” que ponen en cuestión la filosofía. Doble orientación de espíritu que recorre, en efecto, todas las épocas, aunque en cada una se manifieste de acuerdo con los intereses dominantes en ella. Para la moderna, en la que domina el interés del conocimiento, la dualidad se dará entre la forma de saber científico y el ideológico. La forma científica marcará el estilo del genuino conocimiento dentro de esa Edad. La forma ideológica será su contrario no científico. Mas si, dejando de lado el pre-juicio ciencista, damos a las ideologías valor positivo, la estimación puede ser la inversa. La ideología, en cuanto opuesta a la ciencia, es decir, al conocimiento orientado a describir la realidad, sería un saber comprometido en mejorarla o redimirla. La diferencia de espíritus, por lo que se refiera al mundo religioso, se concretaría en la oposi- ción agnosticismo-gnosticismo. Disposición en el primer caso ciega
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