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260 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO La primitividad orgánica, la carencia de medios, de protección (escasez de pilosidad), la falta de mecanismos aptos para la defensa y el ataque (garras, colmillos...), las deficiencias instintivas, la falta de especialización, la singularidad morfológica, el estar expuesto a una sobreabundancia de estímulos, la apertura al mundo, el modo de ser de animal no acabado, o no consolidado, etc., son sólo algunas de las expresiones de las que hace uso Gehlen para intentar describir y resaltar cómo, desde el punto de vista de la comparación con el animal, el hombre previamente a su hominización es, orgánicamente, un ser deficiente (Mängelwesen) . Resume la especial posición físico-morfológica del hombre el siguiente pasaje: “Morfológicamente, en efecto, el hombre, en con- traposición con los mamíferos superiores, está determinado funda- mentalmente por una serie de carencias que, en cada caso, hay que explicar en su exacto sentido biológico como no-adaptación, no- especialización, primitivismos, o sea, como carencia de evolución; por tanto, de una manera esencialmente negativa. Le falta el revesti- miento de pelo y, por consiguiente, la protección natural frente a la intemperie. Está privado de órganos defensivos naturales pero tam- bién de una estructura corpórea apropiada para la huida. En lo que concierne a la agudeza de los sentidos es superado por la mayoría de los animales. Tiene una carencia, en una medida que es peligrosa para su vida, de auténticos instintos, y durante toda su época de lac- tancia y niñez está sometido a una necesidad de protección incom- parablemente prolongada. Con otras palabras, encontrándose en condiciones naturales , originarias, primitivas, y viviendo en el suelo en medio de animales valentísimos en la huida y de depredadores muy peligrosos, el hombre hubiera sido ya hace tiempo eliminado de la faz de la tierra” 7 . Por su propia constitución orgánica, al hombre le corresponde, entonces, un puesto morfológico peculiar. Por su physis , por su misma naturaleza, el hombre es un problema biológico especial. No es, por consiguiente, por la razón, como característica esen- cial que destaca el pensamiento tradicional, por lo que el hombre es algo singular, sino por el cuerpo mismo. “Es radicalmente falso que- 7 ID., Der Mensch, 33; trad. El hombre , 37. r ‘i t e s a c l i g c c a a i q c c

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