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270 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO camente cuando investiga también los fenómenos vitales psíquicos y espirituales como hechos que tienen relación con otros hechos” 21 . Por lo que hace al otro extremo, a saber, el de la antropología darwiniana frente a la cual pretende encontrar su lugar específico la antropología de la acción de Arnold Gehlen, aunque a través de lo que acabamos de indicar se puede ya entrever el distintivo fun- damental entre ambas concepciones antropológicas, resaltemos, no obstante, estos aspectos. Gehlen critica la teoría clásica de la evolución, que él por de pronto califica globalmente de ‘inexactamente biológica’, porque a su juicio hay además varios fallos concretos y fundamentales en la misma: 1) Por el enfoque ‘derivacionista’, que según hemos visto atri- buía también a Max Scheler, no obstante hallarse éste en el polo opuesto al evolucionismo clásico. La derivación de unas cualidades, que se estiman procedentes del animal, vale para caracteres singulares, pero no para”el hombre como un todo”. Mientras sólo se tengan en cuenta caracteres o cualidades singulares no se alcanza nada específicamente humano. Mediante la derivación de unas cualidades respecto de otras, no logramos una visión global del hombre ni una antropología independiente dado que en este caso no existe ese ser autónomo que es de suyo el hom- bre. Nos quedamos en la consideración y comparación de caracterís- ticas particulares. La antropología se convierte a lo sumo en el último capítulo de una zoología, pero no será un saber autónomo. 2) Por no poder dar razón la teoría evolucionista del ya mentado “aspecto” o “lado interior” del hombre, de su “vida interior”; es decir, por no ver la especial naturaleza corporal del hombre conjuntamente con su complejísima y complicadísima interioridad, ni poder formu- lar tampoco preguntas, y mucho menos responderlas, en torno a cuestiones como qué es el lenguaje, la fantasía, la voluntad, el cono- cimiento, la moral, etc.: “Si se observa al hombre desde fuera, si se observa la filogénesis zoológica, y si se conocen también los fósiles, los restos de esqueletos de vida desaparecida hace ya tiempo, se va abriendo paso una determinada teoría tanto más cuanto más ceda 21 Ib. , 15; trad. El hombre , 16. t a l v ll i e r ¿ e e c a a e c e t c t
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