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268 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO el superavit pulsional... En suma, ya desde el punto de vista corpo- ral el hombre es algo especial, es un proyecto singular de la natu- raleza. En tercer lugar, porque, en definitiva, la concepción scheleriana del espíritu tampoco hace posible la superación del dualismo antro- pológico que ha sido una constante a lo largo de la historia del pen- samiento filosófico. Cuando se establece que el hombre es una uni- dad de cuerpo, alma y espíritu, esta afirmación, que desde luego es demasiado abstracta, aunque sea verdadera lo es sólo desde el punto de vista negativo, puesto que rechaza, ciertamente, el dualismo abs- tracto pero no dice nada acerca del aspecto positivo sobre cómo se logra tal unidad. La tesis de la unidad de cuerpo, alma y espíritu no domina o supera propiamente el dualismo de cuerpo y alma, de lo exterior y lo interior en el hombre. Rehúsa abordar los problemas que están implicados en dicha unidad. No penetra en el nexo de ésta. Además, si existe tal unidad, ¿dónde están los conceptos o modelos para entender el alma y el espíritu desde el cuerpo, o el cuerpo desde el alma y el espíritu? Frente a la concepción del espíritu de Scheler, Gehlen con- sidera que ha de ser rehabilitado el término ‘biológico’. Y ha de serlo, atribuyendo a éste un significado tal que, lejos de denotar un pensamiento reduccionista, reivindique una amplitud tan conside- rable para dicho vocablo que afecta, o quiere, en su alcance, hacer llegar a éste al ámbito mismo del espíritu”. Textualmente, escribe al respecto nuestro autor: “Hay que hacer notar que hemos dado a la palabra ‘biológico’ un sentido más amplio que el comúnmente tiene… Conduce obligatoriamente a zonas reservadas hasta ahora a la investigación propia de las ciencias del espíritu como el lenguaje, el conocimiento, la fantasía. Esas zonas no se sustraen en abso- luto al punto de vista biológico…, y la afirmación tendenciosa de que así las ‘reducimos a lo biológico’ se vale de un malentendido manifiesto. Por el contrario, se puede probar drásticamente la cons- tatación inversa, a saber, en cuán alto grado ciertos factores, que se consideraban puramente físicos (por ejemplo, la interpretación del sentido de la vista y del tacto, la amplia gama de variación motriz, la reducción del instinto, lo inacabado del ser humano al nacer: el parto fisiológico prematuro de que habla Portmann…) parece que t a c s c l t e l e e c e a c e c

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