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250 ISABEL ORELLANA aquello a que apunta la filosofía como tendencia a la sabiduría es tan sólo la misma divina sabiduría, la contemplación sencilla con que Dios se abarca a sí mismo y a todo lo creado» 54 . El amor de Dios es Persona. «El amor de Cristo no conoce límites, nunca se queda inactivo, nunca se estremece de horror ante la fealdad y la sucie- dad. Él ha venido en busca de los pecadores y no de los justos» 55 . Edith entendería que Dios no tiene acepciones. Ante Él no hay ni judíos ni paganos, ni personas versadas ni incultas. Sólo está el alma sencilla que se deja llevar por la Sabiduría, garantía genuina de la conquista de la última y definitiva meta: vivir para siempre en los brazos de Dios, que es la verdad eterna. Son instantes muy precia- dos de la biografía de esta santa carmelita en los que detecta cómo se produce en ella el camino de reconocimiento de la voz divina, tras renunciar a la gloria que le ofrecía la ciencia. En soledad Edith fue dando cobijo a su perenne estado de búsqueda de modo que su vida espiritual se vio acrecentada por un descubrimiento más profundo de Dios en sí misma y en las perso- nas que la rodeaban, aprendiendo la renuncia a los goces interiores que Dios le fue pidiendo. Teresa de Jesús le abrió las puertas de la contemplación. Después, entre otras cosas, Tomás le enseñó a apro- vechar su inmenso potencial poniéndolo al servicio de la verdad. «La religión no es algo para vivir en un rincón tranquilo y durante unas horas de fiesta, sino que… ella debe ser raíz y fundamento de toda la vida… En el tiempo inmediatamente anterior a mi conversión y después,… llegué a pensar que llevar una vida religiosa significaría dejar de lado todo lo terreno…, pero poco a poco he comprendido que en este mundo se nos exige otra cosa, y que incluso en la vida más contemplativa no debe cortarse la relación con el mundo; creo, incluso, que cuanto más profundamente alguien está metido en Dios, tanto más debe, en este sentido, ‘salir de sí mismo’…, aden- trarse en el mundo para comunicarle la vida divina» 56 . 54 Ib. , 217. 55 Ib. , 224. 56 Cartas a Calista Kopf, 12.2.1928. 6 e c l r t e e e e t c s c e l c e s e s y

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