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EDITH STEIN: FILOSOFÍA Y CONTEMPLACIÓN 247 r a a l - , - - - - y s - a a e - a a e a . - l e - l e a - convertirse en colaboradora de Husserl, Edith Stein había consta- tado fehacientemente la limitación de la ciencia para resolver las grandes preguntas que se formula el ser humano y que habían formado parte de su propia preocupación. Concretamente el posi- tivismo científico, con el que la joven filósofa estuvo familiarizada, no presta atención al tema de los valores humanos, p. ej. Un hecho criticado, entre otros pensadores, por Kolakowski, quien predijo de forma clarividente lo que después se ha ido constatando. Efectiva- mente, él definió a este positivismo como «un intento de consolidar la ciencia como actividad autárquica que agotará todos los modos posibles de asimilar el mundo intelectualmente... El sufrimiento, la muerte, el conflicto ideológico, las clases sociales, los valores anti- téticos de todo tipo, todo ello es declarado ilícito, cuestiones sobre las que sólo podemos callar recordaba este autor-, en obediencia y principio de la verificabilidad. El positivismo así entendido es una escapatoria de compromisos, escapatoria disfrazada de definición del conocimiento» 51 . Ciertamente. Esta deficiencia apuntada por Kolakowski tiene numerosas derivaciones antropológicas. Así, mientras la ciencia es incapaz de resolver lo que realmente acucia al ser humano, la reli- gión y la teología abren un horizonte plagado de esperanzas. Sus res- puestas no vienen avaladas por el método empírico, pero son viven- ciales, y, en cuanto tal, experimentales, comunes, por lo demás, a lo que numerosas personas han apreciado en sí mismas. Y de hecho, el hombre que por su fe se hace acreedor de ellas, reconoce que las preguntas que llenan su corazón cuando persigue incansablemente la verdad revelada por Jesucristo le sitúan al lado de una verdad que no tiene por qué sufrir confrontaciones con las ofrecidas por una reflexión filosófica. De modo que no es extraño que el Papa Juan Pablo II comenzara su encíclica Fides et Ratio haciéndose eco de estos interrogantes que brotan del corazón humano, que son los mis- mos que se vienen planteando milenariamente las diferentes razas y culturas. Como también puso de manifiesto que en ese afán de bús- tos, o lo que se quiera abarcar. Y así encontramos bibliografía bajo epígrafes como: «Religión y ciencia», «teología y ciencia», «fe y ciencia», «fe y razón», «fe y cultura», «Dios y ciencia», «Dios y fe», etc. 51 L. KOLAKOWSKI, The Alienation of Reason (New York 1968) 204.