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EL CONOCIMIENTO: UN CAMINO METAFÍSICO PARA LA BÚSQUEDA… 209 l a - a - - . y a . s - y a e . o o - - . l su enigma” 45 . Al lado de la historia, y casi de los juegos de los dioses griegos, hay otro fondo de realidad, “el padecer humano”, que dice referencia a un “dios desconocido”, el dios invisible, “fondo último de la realidad, de donde emanan las razones y sinrazones no dichas por ningún oráculo” 46 . Aunque la luz impasible de la inteligencia ilumina el mundo de lo sagrado hasta la “máxima claridad del Dios del ser” 47 , el “motor inmóvil”, no pudo encerrar en su visión “el mundo del padecer humano en todo su misterio y enigma”, “la pretensión de existir en que consiste la condición humana”, “el ser… que se agita por ser” 48 . Este dios tiene su propia luz, aunque encierra el aspecto de ser contrario a la diafanidad. Es una luz de tragedia en la que “los con- flictos trágicos, las pesadillas que pueblan el semisueño de la vida humana, el interior de esa “sombra de sueño” que es el hombre, se manifiestan. Luz contraria a la diafanidad, que hace salir de sí para ser entrevista esa clase de presencia, pura palpitación que es un ser humano” 49 . La relación con el dios desconocido cierra el primer momento de lo sagrado en la búsqueda de la realidad y en la victoria sobre la resis- tencia que la caracteriza. Este dios desconocido “no es un dios más cuyo nombre no se sabía, sino esa última resistencia que lo divino no había entregado el pensamiento filosófico” 50 . Por eso, la luz del dios desconocido, aún careciendo de total diafanidad, tiene una función precisa, ya que la resistencia a la luz del 45 HD 63. Cf. M. GONZÁLEZ GARCÍA, a.c. , 479. 46 Ib . 47 HD 64. 48 HD 63, 64. “La luz ligera que envuelve las imágenes de los dioses ha pre- figurado la luz impasible de la inteligencia, la ha hecho anhelar. Proyección de la diafanidad a que aspiraba el alma en Grecia, fue a cumplirse en la impasibilidad del pensamiento filosófico, que tal es el precio y la condición de que la mente humana pueda leer en la luz. La tragedia, hija del Dios escondido, relatará la pasión por la luz, los sufrimientos de la luz misma en sus tránsitos, la luz en su comercio íntimo con la vida que le resiste y la espera, el clamor, en suma de lo más humano de la condición humana: el ser en conato a la esperanza” (HD 65). 49 Ib . 50 HD 297. Cf. A. GUY, a.c. , en J. ORTEGA MUÑOZ, o.c., 159; A. DOBLAS BRAVO, a.c. , en J. ORTEGA MUÑOZ, o.c. , 197.

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