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218 MANUEL GONZÁLEZ del padecer humano 94 . Pues bien, el hombre, en el cristianismo, mantiene “todas las notas contradictorias de la condición humana” 95 , especialmente el sufrimiento. El hombre interior “al nacer transforma todo el tiempo en eternidad: y aun la carne tiene su promesa de resu- rrección. El cristiano no ha de abandonar propiamente nada, pues al nacer en Cristo, al nacer por Cristo, arrastra y transforma su entera condición. Ser cristiano es entrar en sí mismo, entra en Cristo que yace en cada uno de los hombres. Despertar en Él, nacer en Él” 96 . Esta mirada a la filosofía se cierra con unas referencias muy generales a cinco filósofos: – Descartes exalta el “crecimiento del sujeto como sujeto del conocimiento”. Husserl profundiza en este mismo camino de la conciencia cartesiana. – Dilthey une el conocimiento con la vida actualizando lo pasado: “conocemos como vivientes, no sólo como conscien- tes”. – Bergson critica a la inteligencia al hablar de la durée. – Heidegger pregunta por el ser y su existencia trágica 97 . b) El hombre, portador del dios desconocido Cuando el hombre ha superado la resistencia de lo sagrado y de las cosas, se encuentra a sí mismo como la máxima resistencia: “al pretender captar su propia realidad ha encontrado, como en toda realidad, una resistencia más inquietante porque la encuentra dentro de sí mismo” 98 . Y de manera semejante a como en los momentos anteriores, el soporte de la resistencia (y de la realidad) fue sucesivamente lo sagrado, las cosas, ahora la resistencia halla su soporte no en el hom- bre en cuanto tal sino en una condición suya: el tiempo, que más que el cósmico es el humano 99 . 94 Edipo y Antígona son los dos máximos representantes de la tragedia del padecer humano (HD 63; PH 102). 95 PH 102. 96 HD 303. 97 PH 102. 98 HD 300-301. 99 HD 302. y e l s r g r l r s t 1 d “ e ( c

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