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214 MANUEL GONZÁLEZ Pero el hombre, como toda especie viva, necesitaba un espacio y un tiempo. En cuanto al espacio, M. Zambrano señala un doble espacio: – el físico que ocupa su cuerpo 74 . – el universo: “el espacio donde las cosas, las circunstancias, se revelan, se hacen visibles, donde él puede verlas y tratar con ellas” 75 . El tiempo fue “en el pensamiento griego la máxima dificultad” ya que “condiciona al “ser” del hombre” 76 . Mientras que Heráclito sentirá el tiempo como el paso fluido de todo, Parménides niega el tiempo y afirma la identidad del Ser consigo mismo: “es absoluto en su manifestación del ser y de la uni- dad” 77 . Zenón se mantuvo en la misma línea de Parménides al negar el tiempo y el espacio propios del hombre 78 . Pero “el pensamiento, a fuerza de afirmarse absolutamente, se hace imposible. Pues no existe el espacio en forma alguna, ni como lugar de ideas - al modo platónico, muchas y diversas-, como inters- ticio entre los átomos, según Demócrito, ni tampoco como juego de contrarios, según Heráclito” 79 . La razón no puede moverse en un espacio ocupado plenamente por el ser, idéntico y uno. “La existen- cia del pensamiento estaba y estará siempre ligada a la unidad y a la diversidad, a la indemnidad y a la multiplicidad. Y solamente en su afirmación coetánea podrá existir; solamente si lo uno existe y lo 74 “Una de las condiciones primeras que hacen posible una vida son el espa- cio, la forma en que el ser viviente entra en el espacio. La planta acota su espacio en el espacio indiferente. El animal ha de tomar posesión del espacio, se enseñorea de él; lo domina, en cierto modo” (PH 98). 75 PH 98. 76 Ib. Cf. M. ZAMBRANO, El tiempo y la verdad , en Anthropos. Suplementos. María Zambrano. Antología, selección de textos , 1987, marzo-abril, 9; ID., La con- ciencia histórica: el tiempo , en rev. cit. , 105-107; M. GONZÁLEZ GARCÍA, La historia en María Zambrano ... 490-492. 77 Ib. 78 “Si la flecha no puede llegar jamás a su blanco y si Aquiles no puede alcan- zar a la tortuga, es porque el tiempo y el espacio no existen” (PH 98). 79 Ib. , 97. s c e t s s 5 t l i

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