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176 ILDEFONSO MURILLO Conviene hacer una anotación previa, antes de abordar direc- tamente nuestro tema. Los humanismos surgidos de la radicaliza- ción y transmutación, en el siglo XIX, del humanismo filosófico de la modernidad, cuya articulación filosófica profunda se remonta a Descartes, tiene como punto de partida un hecho histórico funda- mental: el hecho de que la fe cristiana empieza a perder su fuerza para determinar el puesto del hombre en el mundo y para configurar prácticamente la actitud del hombre ante su propia realidad personal, la sociedad humana y el orden político 1 . La religión deja de ser la cúpula bajo la cual se cobija la vida de las personas y las instituciones de la sociedad, prestando el sistema de verdades y valores regulador del sentido último de la vida. Esta circunstancia condujo inicial- mente, en la segunda mitad del siglo XIX, a una profunda ruptura de comunicación entre el humanismo y el cristianismo. Después de la segunda guerra mundial se emprendieron por ambas partes ensayos de diálogo. Algunas teologías de la liberación, por parte del catoli- cismo, se inscriben en tal perspectiva. 1. DIMENSIÓN RELIGIOSA DE LA PERSONA HUMANA Un paso previo, imprescindible, para hablar de la dimensión religiosa de los humanismos, es reflexionar brevemente sobre la dimensión religiosa de la persona humana. Y al hacerlo, percibimos que en el fondo de la autoconstrucción personal late la pregunta por el sentido de la vida humana. Pues no somos seres que nos confor- memos con vivir entre las cosas y los otros. Necesitamos autotrascen- dernos hasta saber cuáles son las razones últimas de nuestro ser y de nuestro actuar. La autoconciencia humana remite siempre, si no se la mutila, a una trascendencia. En el hombre, a diferencia de los otros seres de la naturaleza, hay un impulso que aspira a ser satisfecho, pero que debido a su amplitud no existe cosa en el mundo capaz de llenarlo. San Agustín explicaba esto diciendo que Dios nos hizo para que consiguiéramos nuestra plenitud en Él y que nuestro corazón estará inquieto hasta 1 Cf. A. SCHWAN, “Humanismo y cristianismo”, en AA.VV. , Fe cristiana y sociedad moderna (Madrid 1988) 13-79. l a c l s c a s “ l l l c t t a l s

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