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DIMENSIÓN RELIGIOSA DE LOS HUMANISMOS 191 e s a ; - e ’ i a l s - e l e a - - , z , y - a a , s e la realidad humana» 31 . El carácter teocéntrico de su humanismo no impide, más bien posibilita, la existencia humana en su concretez personal e histórica. No se le ocurre ver en Dios a un enemigo de su libertad. El hombre no es una pasión inútil sino un protagonista libre de la historia humana dentro de la creación de Dios. Algunos querrían reducir el auténtico humanismo al mundo de los humanismos ateos y agnósticos. La verdad es que no han faltado durante los siglos XIX y XX humanismos abiertos a la trascendencia religiosa. Sólo he aludido a unos pocos filósofos. Pero la historia de la teología cristiana en esos dos siglos nos ofrece ejemplos notables de teólogos que han destacado la dimensión humanista del cristianismo: Rahner, Tillich, Andrés Torres Queiruga, etc. Sobre la relación entre el cristianismo y los humanismos filosóficos conviene meditar lo que escribe Alexander Schwan: « Personalidad, responsabilidad y pecado son los contenidos fundamentales de la imagen cristiana del hombre que la distinguen radicalmente de cualquier humanismo de la historia y del presente. Pero, al mismo tiempo, la idea de la dignidad propia , de la autoconsistencia y de la libertad , enraizada en la personalidad, imprime a la imagen cristiana del hombre, en comparación con otras antropologías de base religiosa, un sello específico que pudo consti- tuir el presupuesto histórico para un humanismo enteramente libe- rador fundado autónomamente en la subjetividad del hombre.- Pero ese humanismo experimentó luego un cambio cualitativo: se apartó del cristianismo desarrollando unilateralmente las posibilidades implícitas en la imagen cristiana del hombre. De todos modos, en la confrontación entre cristianismo y humanismo, algunas de sus moda- lidades pudieron –y deberían en el futuro– estimular a los cristianos, a las iglesias y a la fe a reflexionar más a fondo sobre los contenidos esenciales de su propia imagen del hombre y a tomarlos totalmente en serio... Por otra parte, los cristianos traicionarían su fe si preten- dieran identificarse con alguno de los humanismos, como a veces ha ocurrido y sigue ocurriendo. Entre la imagen cristiana del hombre y el humanismo filosófico hay una diferencia de principio» 32 . 31 Problemas del cristianismo (Madrid 1979) 9-10; Cf. La perspectiva cristiana (Madrid 1999) 119-129. 32 O.c ., 68-69.

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