NG200701005

EL PRIMITIVO CRISTIANISMO ANTE LA FILOSOFÍA… 151 s a l z r l - s a s s e - e , é e . - , dirigida por un filósofo cristiano. Lo más probable, en opinión de Ruiz Bueno 11 , totalmente desconectada de la incipiente jerarquía eclesiástica. La precariedad, no obstante, era total, pues transcurrida la paz de Adriano surgen nuevas persecuciones y el mismo Justino es testigo de algunos martirios, como el mismo relata en su Apología II , bajo Antonino Pío. Justino había retado a Crescente porque hablaba y criticaba a los cristianos sin conocer su doctrina, y manifestó estar dispuesto a llevar la disputa públicamente, estando como testigos los propios emperadores, con tal de dejar bien sentado quiénes eran los cristia- nos y los principios que sustentaban su doctrina, tal y como aparece en el siguiente texto: “Porque no merece el nombre de filósofo un hombre, que sin saber una palabra sobre nosotros, nos calumnia públicamente, como si los cristianos fuésemos ateos o impíos, pro- palando estas calumnias para congraciarse y dar gusto a la muche- dumbre extraviada” 12 . El pensamiento filosófico de Justino aparece muy nítido en esta disputa con el cínico Crescente. Hay unos modelos de filosofía en los que Justino se ve reflejado, como son Platón y Sócrates, sin embargo no está dispuesto a dejar hablar, sin defenderse, al cínico Crescente, cuya regla, criterio de conocimiento y acción no es otro que la indiferencia. En este sentido se explica Justino “Y si sabe y no se atreve, a ejemplo de Sócrates, como dije antes, a hablar por miedo a los que le oyen, no es un hombre que ame el saber, sino la opinión, como quien no estima aquel dicho socrático tan digno de ser estimado: “A ningún hombre hay que apreciar por encima de la verdad”. Pero, en fin, imposible que un cínico que pone el fin supremo en la indiferencia, conozca bien alguno fuera de esa misma indiferencia” 13 . Una de las peculiaridades de Justino en sus Apologías no es tanto el ataque a ideas filosóficas o religiosas extrañas a la doctrina que profesaba, sino por el contrario demostrar que las ideas de la nueva doctrina no están tan alejadas de la ortodoxia filosófica, tanto griega como romana. Un ejemplo que corrobora esta idea lo tene- 11 RUIZ BUENO D., O.c. , 159. 12 JUSTINO, Apología II, 8,2. 13 Ib. , 8,6-7.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz