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EL PRIMITIVO CRISTIANISMO ANTE LA FILOSOFÍA… 149 r - : r s a e - e y . a s a s l e a e , Uno de los aspectos que más influyó en su conversión fue su propia reflexión ante las calumnias y atrocidades que se cometían con los cristianos. Desde su cátedra de filósofo en Roma contem- plaba con asombro la serenidad con la que morían los cristianos: “Era imposible que aquellos hombres vivieran entregados al placer a la disolución y al canibalismo, tal como les culpaban” 7 . No podía entender la sarta de acusaciones que sobre los cristianos hacían, no sólo el vulgo, sino hombres cultos como el filósofo Celso, y los arriba señalados, si después iban a la muerte con felicidad. Era imposible que los esclavos de una depravada moral pudieran dar su vida por una idea religiosa con la serenidad de aquellas gentes. Una vez abrazada la fe cristiana, Justino, decide dar testimonio, incluso como filósofo y con la dignidad que el propio manto (Tri- bón) le imprimía, por dos motivos: En primer lugar está convencido de que las ideas que defiende el Cristianismo pueden tener una pre- sentación filosófica y de esa manera demostrar a los hombres cultos que dicha doctrina no es una doctrina bárbara más, abrazada sólo por esclavos o incultos. En segundo lugar está también convencido de que muchos de sus principios y dogmas estaban ya en conso- nancia con los grandes sistemas de Platón y otras escuelas como los Estoicos. Por si fuera poco, cuando se dirige al emperador y a sus hijos, en una de sus cartas a favor de los cristianos, lo hace ape- lando a su orgullo de considerarse filósofos (Marco Aurelio), pues si así es, deberían entender la defensa hasta la muerte que hacen los mártires de sus creencias. 2.3. F UENTES , FILOSOFÍA Y TESTIMONIOS DE SU MAGISTERIO Justino, a pesar de los “Rescriptos” enviados por el emperador Antonino Pío a ciudades griegas, seguía con su escuela abierta en Roma y aún presintiendo el martirio por las denuncias de sus ene- migos, prefirió seguir predicando la verdad del Cristianismo Del significado que tiene la figura y la tarea de Justino como maestro de filosofía conservamos algunos testimonios como el del historiador Eusebio de Cesarea en su Historia Eclesiástica . Cuando habla de Justino dice lo siguiente: “Por este tiempo, Justino, legítimo amador 7 JUSTINO, Apología II , 12.

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