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172 JOSÉ ANTONIO LLAMAS MARTÍNEZ por muy absurdos, incongruentes o frívolos, pueden encerrar verda- des si son adecuadamente escudriñados. Así nos lo expresa Orígenes con suficiente elocuencia: “Ahora bien, los que leyeran este texto (se refiere a la alegoría platónica), si les da por imitar la malignidad de Celso –¡lo cual Dios no permita entre los cristianos!– tomarían a cha- cota este mito y se mofarán de aquel gran filósofo que fue Platón. Pero si examinando filosóficamente lo que se dice en forma de mito, logran descubrir el pensamiento de Platón, no podrán por menos de admirar la manera cómo supo ocultar, en forma de mito, por razón del vulgo, grandes verdades como él las veía y decirlas a par como era menester para quienes fueran capaces de descubrir por los mitos la verdad que en ellos quiso poner su autor” 45 . Esta disputa sobre el carácter alegorizante implícito en la mayo- ría de los escritos bíblicos es, con mucho, la idea nuclear que foca- liza el discurso dialéctico de Orígenes contra los ataques de Celso al Cristianismo. Y no se trata de un mero recurso literario más, sino el que mejor destruye los argumentos de su oponente, pues además de suponer una prestigiosa formación filosófico-dialéctica en Oríge- nes, demuestra ser la mejor fórmula en la comprensión de cualquier texto simbólico. Para avalar esta fuerza probatoria que conlleva la interpretación alegórica y en definitiva la auténtica apología frente a Celso nuestro autor recurre en su apoyo a otros filósofos de mayor prestigio que su adversario, los cuales ya reconocieron y aplicaron dicho género a los relatos míticos. Entre estos autores cita a dos filósofos de la época helenística: el judío alejandrino Filón y el pita- górico Numenio. Del primero afirma que habiendo alcanzado un alto conocimiento sobre el pensamiento griego, trató de establecer puentes entre las dos culturas. Este acercamiento cultural sólo fue posible mediante el recurso alegórico aplicado tanto a los relatos bíblicos como a los mitos griegos. De Numenio dice textualmente. “Gran comentador de Platón y predicador de la doctrina de Pitá- goras, que en muchos pasajes cita a Moisés y a los profetas y los interpreta, no sin probabilidad, alegóricamente…y en el libro ter- cero sobre El Sumo Bien , trae cierta historia sobre Jesús, aunque sin nombrar su nombre, y la entiende alegóricamente…, pero alabamos a Numenio más que a Celso y a otros griegos, pues, por amor al 45 Ib. , IV, 39. s s g e s a y g i a s li e 4

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