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166 JOSÉ ANTONIO LLAMAS MARTÍNEZ Patrística como Andresen, no duda en calificar de excelente y muy rico en abundantes observaciones científicas. En cuanto a la obra en si y su significado precisaremos que Orí- genes se ve obligado a responder a un autor muy bien informado. Celso era un intelectual bien formado en el pensamiento griego, que entendió con sabiduría que criticar al Cristianismo y al Judaísmo requería un conocimiento riguroso y profundo de los mismos. En este sentido se embarca en la investigación del Antiguo y Nuevo Testamentos, incluso de los escritos apócrifos y de los primeros disi- dentes o grupos de cristianos que se disgregan de la ortodoxia. Esto hace que Orígenes se las tenga que ver con un personaje culto y conocedor de la nueva doctrina. Sin embargo lo que infunde especial fuerza a Celso para atacar el cristianismo era, no sólo el exagerado nacionalismo griego en el que estaba instalado, es decir, la creencia en la supremacía del pueblo griego en relación con otros pueblos bárbaros. Sino también el convencimiento de que los cristianos care- cían del sentido del lovgo~ griego y toda innovación en el terreno religioso era una flagrante contradicción con el “nomos”, por lo que deberían ser borrados de la faz de la tierra. Esta es la obra que tiene delante Orígenes y a la que contestar. Antes de entrar en un somero análisis del contenido doctrinal quisiera recordar la opinión de uno de los más cualificados traduc- tores, como es Chadwick, sobre el significado pedagógico de la obra de Orígenes: “Esta obra destaca como la culminación de todo el movimiento apologético de los siglos II y III. La iglesia apostólica no contaba con muchos sabios ni con gente poderosa, y cuando la cristiandad se difundió era natural que se hiciera algún ensayo para convertir esta fe oriental, que no tenía el mérito de una gran antigüedad, en un credo que pudiera parecer aceptable para mentes pensadoras. Los apologistas miraban a dos blancos estrechamente relacionados: por una parte querían asegurar a las autoridades roma- nas que los cristianos no eran una minoría perniciosa ni enemiga de la patria… y por otra deseaban presentar el cristianismo a las clases educadas como algo intelectualmente respetable. En la obra de Orí- genes es prioritario y dominante este último deseo. El Contra Celso no es sólo una refutación punto por punto de un adversario bien informado. Su apología nos ayudó a comprender los argumentos o razones que usaría Orígenes en sus discusiones con hombres cul- tos de Alejandría o Cesarea y el modo con que el mismo hubo de c s 3 r a e a a r e a e e e s c C

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