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146 JOSÉ ANTONIO LLAMAS MARTÍNEZ Este es el panorama filosófico con el que tendrán que lidiar estos primeros intelectuales cristianos a los que nos vamos a referir, y del que saldrán influenciados. Es suficientemente conocido que no todos los filósofos cristia- nos reaccionan de la misma manera ante las ideas filosóficas. En este sentido, y como ya reflejamos mas arriba, podremos sintetizar las reacciones en una triple respuesta: - Autores como: Taciano, Arístides, Tertuliano, el mismo Ireneo etc., para quienes la Filosofía y la sola razón son fuente de errores, e incapaces de abordar por si solas las verdades del Cristia- nismo. Esta corriente tiene como antecedente y fuente de inspira- ción el texto de S. Pablo: 1 Corintios 1,18-25; y cuyo planteamiento podríamos resumir en la expresión de Tertuliano: “Credo quia absurdum est”. - Una segunda respuesta vendría dada por aquellos cristia- nos que inducidos por un deseo de acomodar el Cristianismo a los grandes sistemas de Platón y Aristóteles terminaron por eliminar lo que de misterioso poseía la doctrina cristiana, convirtiéndola en una corriente filosófica más. El Gnosticismo, en sus diversas modalidades, sería la escuela que mejor resume esta posición. - Finalmente una tercera respuesta es la que mantuvieron determinados intelectuales, filósofos entes de su conversión, para quienes la Filosofía posee un valor, no sólo propedéutico, sino de auténtico Testamento, necesario para la aceptación y comprensión del Cristianismo como doctrina religiosa y praxis moral. Entre los autores que representan esta corriente estarían: Justino mártir, que ejerció como filósofo, revestido del “tribon”, símbolo de su magis- terio, Clemente de A., quien se atreve a llamar a Platón: “El Moisés ático”. Finalmente Orígenes, que recibió el calificativo de “amante de las letras griegas”, según Eusebio en su HE, y que tuvo trato con el pensamiento de Platón, de Numenio etc., tal y como afirma el neo- platónico Porfirio. Es, pues, sobre dos de estos autores últimos sobre los que ver- sará este trabajo. Ellos de manera especial, sin negar el valor de la Filosofía, y con los propios recursos de la Lógica y la Dialéctica, fue- ron capaces de enfrentarse a los que pretendieron degradar el valor de la nueva doctrina que habían abrazado, dejándonos en su obra r e g r c t v l 2 2 r f e a a e S c

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