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EL VALOR DE LA AMISTAD 83 ; . s ” - a l a s s , . l - ” a - e - : e - - Los estoicos vieron este problema de otra manera. Según Chry- sipo fr 631, la polyfilía es un bien . A veces se opone a la amistad personal la ampliación de la misma a la colectiva, porque los que conforman la amistad colectiva constituyen una fuerza que sostiene la polis. El auténtico ideal es la pareja de amigos . Los prototipos de estas parejas son alabados en las epopeyas y en los dramas. Las amistades más célebres del pasado son parejas de amigos. En primer lugar son mencionados Achill y Patroclus, pero en esta amistad de una pareja ya aparece la diversidad de los amigos: Según Homero, Patroclus era únicamente un hombre de compañía, el amigo ( fílos étairos ) de Achill. En contraposición se entendió esta filía entre Athenaeus (fin del siglo II) y Aeschylus (de Eleusis, s. 6 a.C.) y otro ejemplo ten- dríamos en Platon Symposion, 179e, interpretado en sentido erótico, una interpretación que fue rechazada por Jenofonte Symposion. Se dio una especial importancia a Orestes y Pylades que, según Luciano, en Toxaris 7 fueron honrados por los escitas como fílioi daímones . También son considerados como parejas de singular amistad Theseus y Perithoos, Epaminondas y Pelopidas . Otras amistadas han sido ficticias, porque el parentesco espiri- tual sólo podía narrarse con la categoría de la amistad, como Homero y Lycurgo, Numa y Pitágoras. En otras menciones se mezcla lo histó- rico y lo ficticio; relatos que han ido transmitiéndose en la tradición oral. En ellas una de las dos partes era la activa y la otra más o menos pasiva. Las amistades entre jóvenes tan alabadas por Sócrates reflejan en gran medida la relación entre el maestro y el discípulo. Terminamos este apartado con una exposición sumamente emo- cionante de la verdadera amistad que ha sido recogida en el evan- gelio, en las palabras de Jesús, en la presentación de su obra, en la declaración más plástica posible de su amistad con el hombre: Poner la vida por los amigos hasta el extremo de la muerte . Esta máxima tiene en labios de Jesús un valor único. Pero es consolador que lo que él hizo haya sido intuido y exigido por muchos de nuestros con- géneres sin haber participado todavía en la ejemplaridad del Señor. La siguiente frase de Aristóteles es bien significativa: “La palabra más elocuente de un hombre noble es que está dispuesto a hacerlo todo por un amigo y, si es necesario, dar la vida por él”. También Epi-
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