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EL VALOR DE LA AMISTAD 107 - e s s a e - . , e s s . - a a a - - a l - - . preta. Ambos la personalizan y la ejemplarizan (Y lo que decimos de Pablo debe aplicarse a los demás ministros de la Palabra). 7.7. L A AMISTAD CREADA SE CARACTERIZA POR LA PERMANENCIA Permanencia en la unión. Permanencia en el amor. Así definió Jesús, según la formulación hecha por el evangelio de Juan, la esen- cia del discipulado cristiano. Discípulo de Jesús es aquel que per- manece unido a él, el que permanece en su amor. Esta permanen- cia, por pura gracia del Amigo, convierte a los discípulos en amigos: Vosotros sois mis amigos . La amistad es un valor absoluto, creador de unidad y de comunión, generador de fidelidad en el grupo de amigos, forjador de lealtad inquebrantable, sintonizador participa- tivo en la suerte del amigo. La característica esencial del discipulado cristiano es la per- manencia. Son cristianos aquellos que viven unidos a Cristo. De él reciben la vida. Para ello es necesaria la unión de los sarmientos con la vid. La fe, expresión de dicha unión, exige una continuidad. La vida no se vive a ratos, sino de una forma continuada. Lo mismo ocurre con la fe, que es la vida en otro nivel. La alegoría de la vid nos introduce en el misterio de la existencia cristiana que, como tal, lleva en su misma entraña la continuidad, la permanencia. De forma obsesiva el verbo “permanecer” (= ménein ) se repite hasta siete veces en Jn 15,4-7. El significado de dicha permanencia, según la interpretación que hace el mismo evangelista, es el siguiente: permanecer en él significa permanecer en su amor . Este progreso: de en él a en su amor , comprende tres pensamientos fundamentales: a) La justificación de la exigencia del amor. El evangelista nos sitúa ante la explicitación del mandamiento del amor. Este ya había sido formulado (Jn 13,34-35). Ahora tiene que ser documentado. El mandamiento del amor mutuo es el último eslabón de una pequeña cadena, cuantitativamente hablando, pero de una gran cadena, con- siderándolo desde el punto de vista cualitativo. Tiene tres eslabones. El primero de ellos, que es la causa original y originante de los otros, lo constituye el amor del Padre. Dios es amor (1 Jn 4,8). Es el primer eslabón de la cadena mencionada. Este amor es histórico, concreto, tangible. Así se manifestó en Jesucristo (Jn 3,16).

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