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EL MAL EN EL PENSAMIENTO GRIEGO: DE LA TEOGONÍA… 61 s - l a , a e o a r - n o - n - a - , e – Por supuesto –dijo. – La divinidad es, por tanto, absolutamente simple y veraz en palabras y en obras y ni cambia por sí ni engaña a los demás en vigilia ni en sueños con apariciones, palabras o envíos de signos. – Tal creo yo también después de haberte oído –dijo” 85 . Finalmente rechaza Platón la idea de la envidia de los dioses que, como hemos comprobado, recorre los versos trágicos y reco- noce el mismo Heródoto. Platón, en el Timeo , presenta el mundo y el cuerpo humano como obras bellas realizadas por un dios bueno que, tras contemplar el modelo eterno, lo plasma en la materia. Y, si dios es bueno, no puede albergar ninguna maldad ni puede ser envidioso. Así lo afirma: “Dios es bueno. Ahora bien, en lo que es bueno, jamás en ningún caso se forma un pensamiento de envidia” 86 . Esta fue una convicción profunda de Platón que repite con frecuencia: “está lejos la envidia de los coros divinos” 87 . Aquí se adivina la primera afirmación griega de la bondad divina, rechazando la creencia tanto del mito teogónico, como del trágico, según la cual el mal era inevitable por provenir de fuerzas sobrenaturales que se imponían al hombre. Hay un anticipo de la idea de providencia y una atribución del mal a las decisiones libres de los hombres. En este punto, como en tantos otros, Platón hizo una decisiva aportación. Por ello, quisiera concluir con Festugiére: “estas doctrinas nos parecen banales tras veinte siglos de cristia- nismo, incluso el pueblo habla del “buen Dios”. Pero en verdad ha sido necesaria, para admitirlas, una revolución total del espíritu humano que no podría definirse mejor que como un prodigioso acto de fe. Y, desde entonces, estimamos todo lo que el cristianismo debe a Platón” 88 . P ABLO G ARCÍA C ASTILLO Universidad de Salamanca 85 Ib., 382e-382a. 86 PLATÓN, Timeo, 29e. 87 ID., Fedro, 247a. 88 A.J. FESTUGIÈRE, O.c. , 30.

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