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54 PABLO GARCÍA CASTILLO tón utiliza algunas veces, como en el Fedro , donde describe la pureza y simplicidad de nuestra almas, que, en el cortejo de Zeus, vivían feli- ces, siendo nosotros “puros y no estando encerrados en este sepulcro que ahora llevamos adherido y que llamamos cuerpo, prisioneros en él como en una concha de ostra” 67 . Una imagen poética que amplía Platón en la República , cuando compara el estado actual de nuestra alma con el estado en que quedó el dios marino Glauco, el cual, tras permanecer durante un tiempo bajo el mar, resulta irreconocible a los que le contemplan por las innumerables adherencias de piedrecillas, algas y conchas, que le dan el aspecto de un monstruo, aunque sigue siendo un dios. Así lo dice Sócrates: “Vemos el alma en las condicio- nes en que los viajeros ven al dios marino Glauco... haciendo que se parezca más a un monstruo que a aquello que era en su origen. Y así vemos también el alma reducida a estas condiciones, incrustada de una infinidad de males” 68 . El cuerpo, lejos de ser signo y manifestación del alma, es ins- trumento de su deformación, hasta el punto de que sólo la definitiva separación de ambos, permitirá al alma conocer limpiamente, sin contaminación alguna, aquello que desea y ama: la sabiduría. El cuerpo, según Platón, “nos procura mil preocupaciones por la ali- mentación necesaria... nos impide la caza de la verdad. Nos colma de amores y deseos, de miedos y fantasmas... guerras, revueltas y batallas ningún otro las origina, sino el cuerpo y sus deseos... por su culpa, no tenemos tiempo libre para la filosofía...” 69 . Sin embargo, como ha señalado Reale 70 , Platón no mantuvo la misma posición respecto al cuerpo en todos sus diálogos, ya que fue matizando gradualmente el carácter negativo del mismo, hasta ofrecer una visión positiva en el Timeo . Esto supone que los textos del Fedón tienen, a su juicio, un carácter provocativo y protréptico, es decir, que no expresan una postura definitiva y única, sino una incitación para buscar con mayor profundidad la compleja relación entre el alma y el cuerpo, que no se vislumbra en la obra platónica hasta la vejez. 67 ID., Fedro, 250c. 68 ID., República, 611d. 69 ID., Fedón, 66 b-d. 70 G. REALE, Corpo, anima e salute. Il concetto di uomo da Omero a Platone (Milano 1999) 215. c e t v e c e c l c s e t e a e r a li e l e l t
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