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de l’âme par l’âme devient une ambition telle que l’union mystique ou la vie future peuvent seules es espérer la réalisation” 2 . Del origen del socratismo al que podemos llamar socratismo cristiano recibido y recogido por San Buenaventura existe una línea ininterrumpida de pensamiento que inunda el quehacer filosófico- teológico del Seráfico. Recordemos que la célebre sentencia “ gnw`qi "autovn tov ” ( nosce te ipsum ), tiene su origen en Delfos, de hecho es un apotegma de los siete sabios inscrito en el frontispicio del famoso templo griego que invitaba al lector “a no perder de vista los límites del hombre” 3 . Pero esta frase se vincula sin lugar a dudas a la filosofía y el pensa- miento griegos, sobre todo a partir de su utilización por Sócrates según los diálogos de Platón: “En efecto, sólo el sensato se conoce- rá a sí mismo y será capaz de discernir realmente lo que sabe y lo que no sabe” 4 . Sócrates parte de la experiencia vivida por los inter- locutores para llegar dialécticamente, en proceso mayéutico, a la verdad. Como afirma W. Capelle: “En sus diálogos, Sócrates, partien- do de un hecho casual de la vida cotidiana, desarrolla un determi- nado «método», que, como él solía decir bromeando, había hereda- do del oficio de su madre, al sacar a luz los conocimientos que duermen en la conciencia de su interlocutor” 5 . En la intimidad de cada ser particular se encuentran las leyes que nos conducen en la vida. Como señala Martínez Lorca: “la interioridad que arranca el mandato délfico desempeña un papel fundamental a la hora de interpretar justamente el sentido de la Ética de Sócrates” 6 . La bús- 648 MANUEL LÁZARO PULIDO 2 Ib. , 228. 3 Cf. W. JAEGER, Paideia. Los ideales de la cultura griega , vol. 1 (México 2 1953) 189. 4 PLATÓN, Cármides , 167a, E. LLEDÓ, trad. y not. (Madrid 1985) 352. 5 W. CAPELLE, Historia de la filosofía griega (Madrid 1981) 185. 6 A. MARTÍNEZ, Átomos, hombres y dioses. Estudios de filosofía griega (Madrid 1988) 37. El autor trae al recuerdo oportunamente el pensamiento de Jean Brun sobre Sócrates interpretando el saber socrático: “Il convient en effet de bien entendre ce que voulait dire Socrate lorsqu’il affirmait que la vertu était un savoir; le savoir dont parle Socrate n’est pas une science des choses extérieures, et nous savons que Socrate ne cessait de répéter que la seule chose qu’il savait était qu’il ne savait rien: le savoir par le "eautovn , le «connais-toi toi même» delphique, dans l’ap- profondissement duquel le «démon» signale les impasses. Si la vertu est pour Socra- te un savoir, c’est parce que l’action implique un discernement réfléchi nous permet-

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