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apunta directamente al objeto de contemplación donde se involu- cran memoria, inteligencia y voluntad 71 . El ser imagen de Dios, por lo tanto, nos conduce a Él como objeto desde la propia observación del alma en sí misma. Conocer desde la imagen implica un conoci- miento más propio y eso sólo lo puede hacer la creatura racional en cuanto imagen: “ capax Dei per cognitionem et amorem ” 72 . El hombre como imagen de Dios orienta la conciencia, la mente y nos hace partícipes del conocimiento de Dios. Nuestra naturaleza nos hace ser imagen de Dios, pero desde allí estamos llamados a cumplir la vocación de la Escritura: imagen y semejanza de Dios (Gn 1, 26). Aceptando una exégesis asumida por la primera generación de maestros franciscanos, san Buenaventura señala cómo la seme- janza añade a la naturaleza de la imagen la cualidad que proporcio- na la gracia. Aquí es donde el hombre – imago Dei – sobrepasa el camino epistemológico, dándonos noticia de Dios, para desde sí conocer su amor inclinando la parte afectiva. En ella la huella de Dios se hace más palpable, la diferencia es de grado respecto al ori- gen de naturaleza y gracia, pero es similar en referencia a reflejar la Trinidad: del conocimiento del Creador, desde el autoconocimiento del alma como imagen ( imago creationis ), llegamos a la unión del alma por la gracia desde la afección como semejanza ( imago recre- ationis ) 73 . Nos hallamos ante un recorrido interior, un Itinerario , una vía de penetración en el misterio divino en el que se nos propone desde la interioridad superar las certezas de la razón, que se mues- tra insuficiente, con el complemento de la fe. Esta lectura noético- metafísica, ejemplificada en el Itinrarium mentis in Deum , la expre- sa más tarde, bajo el lenguaje de la literatura mística, en el De triplici via : el aguijón de la conciencia, iluminado por el rayo de la inteli- gencia ha de ser superado por la llama de la sabiduría, es decir, hemos de llegar a la vía unitiva 74 . EL SOCRATISMO CRISTIANO EN SAN BUENAVENTURA 663 71 I Sent ., d. 3, p. 2, a. 1. q. 1, concl.: I, 81. 72 Ib. , d. 3, p. 1, a. un. q. 2, concl.: I, 73. 73 II Sent ., d. 16, a. 2, q. 3 concl.: II, 405. Cf. F. DE A. CHAVERO, “Imago cre- ationis, imago recreationis. Para una teología y antropología de la imagen de Dios en san Buenaventura”, en Carthaginensia 9 (1993) 79-149. ID., O.c. , 105-175 74 Tripl. via , c. 1: VIII, 3.

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