NG200603003

Para concluir el diálogo, Sócrates hará una recapitulación y establecerá, por orden de preferencia, los cincos bienes después de hacer unas aclaraciones en torno al conocimiento y las ciencias. Los dos primeros no son fácilmente separables y no queda del todo claro si se está haciendo referencia a las Formas del mundo inteligi- ble. El primero tiene que ver con la medida y lo adecuado; al segun- do pertenecen la proporción, la belleza y la perfección; el tercer lugar se concede al entendimiento y la sabiduría; el cuarto se reser- va al alma, las ciencias, las artes y las opiniones verdaderas; y “ en quinto lugar colocaremos los placeres que hemos definido como exentos de dolor, llamados puros y del alma sola, placeres que acom- pañan a las ciencias y a las sensaciones” 70 . Ni placer ni sabiduría pueden aspirar a ser autosuficientes, a ser el bien, aunque ambos son componentes de la vida buena. Sin embargo, vemos que el entendimiento aporta mucho más a la mez- cla, mientras los placeres tienen que ser restringidos. En esta última clasificación de bienes, no se concede el primer puesto al entendi- miento sino el tercero, pero es evidente que tanto la medida como la proporción y la belleza son producidos por una inteligencia, bien se esté refiriendo a la cósmica o a la humana. Es cierto que en el Filebo encontramos una valoración positiva del placer en muchos aspectos. Si pudiéramos elegir, nadie escogería una vida sin placer, 640 IGNACIO GARCÍA PEÑA 70 PLATÓN, Filebo , 66c. T. GOMPERZ [ Pensadores griegos (Barcelona 2000) II, 607] intenta exponer con mayor claridad esta clasificación: “ Con exactitud apro- ximada puede entenderse que el primero es lo matemático, lo segundo su plasmación en el mundo del fenómeno, lo tercero los factores intelectuales que lo captan, lo cuar- to su aplicación a la esfera de los hechos objetivos, y lo quinto el efecto emotivo que produce por medio de sensaciones estéticas elementales, basadas principalmente en relaciones de forma ”. Es curiosa su interpretación del Filebo pues, más abajo, en la misma página afirma que Platón: “ está atacado aquí de tendencias ascéticas, hasta extremos quizá sólo comparables a como lo está en el Fedón”. Afirma que existen múltiples contradicciones en el tema del placer, no sólo en distintos diálogos, sino en el Filebo mismo. Gomperz piensa que, al inicio del diálogo, Platón se muestra animado a fundar en el placer un estilo de vida para después rechazarlo y asimilar- lo a sus especies más bajas. Este autor no parece haber prestado suficiente atención a las muy diversas sensaciones que se agrupan bajo el nombre de placer. Y si no se otorga un lugar más elevado a los placeres que surgen de necesidades, como él demanda, es, como debería resultar más que evidente, por su necesaria mezcla con el dolor.

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