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ya fue analizado en el Protágoras y el Gorgias , así como en la Repú- blica , donde se dijo que éstos no eran auténticos. Se habló, como aquí, de un estado en el que no se goza ni se sufre. Y es curioso que se atribuya tal estado al hombre que escoja la vida de sabidu- ría carente de placer, puesto que, por ejemplo, la comida se inclu- yó dentro de los placeres en la medida en que llena el vacío causa- do por el hambre. Bien mirado el asunto, es una vida tan sólo reservada a los dioses 55 . Hasta aquí nada nuevo. Pero Platón introducirá a continuación otra perspectiva del placer. Nos encontramos ante una exposición más compleja y detallada de algo que se anticipó en la República , cuando se mencionó por primera vez que cada parte del alma tiene sus propios deseos y placeres (aunque en el Filebo no se hace men- ción de la naturaleza tripartita del alma). El argumento de Sócrates pretende mostrar que, en realidad, “ no existe ningún deseo del cuer- po ( swvmato" ejpiqumivan )” 56 . Y, para desarrollarlo, necesita aclarar los conceptos de sensación ( ai[sqhsi" ) y recuerdo ( mnhvmh ). El cuerpo padece determinadas afecciones que el alma no llega a percibir, que no se elevan hasta el nivel de la conciencia. Otras, por el contrario, son percibidas claramente por el alma: a eso lo llamamos sensación. El recuerdo, entonces, es la conservación de la sensación. Siendo esto así, se procede a examinar los placeres más comunes, como pueden ser el hambre o la sed. En tales casos, hemos dicho que el cuerpo experimenta un vacío y, al mismo tiempo, sentimos el deseo de lo contrario, de llenarlo. “ Queda, pues, que sea el alma la que tiene contacto con la satisfacción, por la memoria, pues ¿con qué otra cosa iba a tenerlo? ” 57 . Cabría aquí quizá preguntarse qué se recuerda cuando se siente el primer vacío. Además, hay animales con una memoria tremendamente efímera y no por ello dejan de comer a diario. El instinto animal y los impulsos no conscientes eran algo que Platón no contemplaba. LA EVOLUCIÓN DE LA TEORÍA PLATÓNICA DEL PLACER 633 55 Leyes , 732e: ajnqrwvpoi" ga;r dialegovmeqa ajll Δ ouj qeoi`". e[stin dh; fuv- sei ajnqrwvpeion mavlista hJdonai; kai; lu`pai kai; ejpiqumivai ( Nosotros estamos hablan- do a hombres, no a dioses, y las cosas más naturales del género humano son los pla- ceres, los dolores y los deseos ). 56 PLATÓN, Filebo , 35c. 57 Ib ., 35b-c.

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