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especialmente por dos motivos: el primero es la figura de Sócrates, que ya no es ese interrogador sencillo y tranquilo que busca la defi- nición a través del diálogo, sino un hombre más maduro, con ideas más elaboradas y un espíritu crítico aún mayor 20 . En segundo lugar, son destacables las constantes referencias a gobernantes y prácticas políticas, derivadas, muy probablemente, de la experiencia del pro- pio Platón en Siracusa en su primer viaje de 387 a. C. Además, las doctrinas pitagóricas que expone en este diálogo parecen indicar que las conoció directamente de los filósofos sicilianos 21 . La mayoría de los temas sobre los que se discute son simi- lares a los del Protágoras , pues aquí Sócrates se enfrenta al otro gran sofista de su tiempo. Sin embargo, el tono de la discusión es muy diferente, el respeto mutuo que manifiestan Sócrates y Protágoras desaparece aquí. Es una obra mucho más enérgica y apasionada, aunque redactada con una maestría a la hora de caracterizar a los personajes y desarrollar la acción que la convierte en una pieza tea- tral soberbia desde un punto de vista exclusivamente literario. En ningún otro diálogo encontraremos un rechazo tan radical de la rea- lidad política ateniense por parte de Sócrates, ni una actitud tan hos- til hacia ella y su modo de vida 22 . Y, por lo que respecta a la dife- rencia con el Protágoras , veremos que no se niega nada de lo anteriormente dicho, sino que algunos aspectos son ampliados y explicados con más detenimiento. Se ha discutido mucho la cuestión de cuál es el tema principal del Gorgias , si la retórica, la política o la moral. Ésta es una contro- 612 IGNACIO GARCÍA PEÑA 20 Obsérvese que el diálogo no concluye con las habituales aporías, como en la mayoría de los que le preceden, sino con el primero de los grandes mitos esca- tológicos. 21 Especialmente interesante es el pasaje de 507e-508c, en el que Platón hace hincapié en el concepto de ko ´ smo" . 22 La introducción de J. Calonge en PLATÓN, Diálogos: Gorgias, Menéxeno, Eutidemo, Menón, Crátilo , (Madrid 1987) 9-22, expone muchas de las experiencias políticas de Platón, que nació en medio de la Guerra del Peloponeso, y de joven presenció la revolución de los Cuatrocientos, la ruina de Atenas en 404 a. C., el gobierno despótico de los Treinta, entre los que se encontraban sus parientes Cri- tias y Cármides y la restauración de una aparente e injusta democracia que conde- nó a muerte a “ uno de los pocos atenienses, por no decir el único, que se dedica al verdadero arte de la política y el único que la practica en estos tiempos ” ( Gorgias , 521d).
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