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la que se destaca la personalidad y el carácter de Sócrates por enci- ma de sus opiniones. En estos primeros diálogos es frecuente la identificación de lo bueno con lo útil y beneficioso para el indivi- duo. Aquí la vida buena es la que reporta mayor cantidad de placer, sólo se sopesan las cantidades de placer y dolor. No obstante, cuan- do Platón vaya perfilando su teoría de las Formas, los criterios para alcanzar la vida buena se modificarán susceptiblemente. Aquí nos movemos en un relativismo que, a pesar de todo, se asienta en un cálculo racional y, por lo tanto, posee cierta universalidad. Pero los criterios que deben guiar la conducta individual, absolutamente inmutables y universales, no se mencionan aquí. No hay contradic- ción con diálogos posteriores, simplemente hay cosas que no se dicen en el Protágoras , pues Platón aún es muy joven en el momen- to de su redacción. La teoría aquí expuesta no se contradice des- pués, sino que se amplía. La vida que debe buscarse es aquella que reporta más placer, pero lo más placentero y mejor será la vida guia- da por el Bien, inteligible e inmutable y, como consecuencia de esto, criterio infalible dado que, quien sabe lo que es bueno lo hará. Cuando la teoría de las Formas esté elaborada y exista un criterio verdadero e imperecedero “ quizá no sea ése el cambio correcto en cuanto a la virtud, que se truequen placeres por placeres y pesares por pesares y miedo por miedo, mayores por menores, como mone- das, sino que sea sólo una la moneda válida, contra la cual se debe cambiar todo eso” 18 . EL GORGIAS Es éste el diálogo que suele tomarse como referencia a la hora de estudiar el papel que desempeña el placer en la filosofía de Pla- tón. Es fácil pensar que fue escrito con posterioridad al Protágoras 19 , LA EVOLUCIÓN DE LA TEORÍA PLATÓNICA DEL PLACER 611 18 PLATÓN, Fedón , 69a. 19 Debemos citar la excepción de Grube, quien considera que el Gorgias fue escrito con anterioridad y que el Protágoras continúa la conversación que allí queda inconclusa, lo cual implica la tesis de la ausencia de contradicción en las doctrinas de ambos diálogos [ El pensamiento de Platón (Madrid 1984) 101]. No obstante, afir- ma que la actitud platónica es puritana y que muestra hostilidad hacia el placer, opi- nión que, por cierto, no comparto.

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