NG200603002
excelencia de la justicia divina, el infierno eterno, impuesto al peca- dor por excelencia, al pecador empedernido no tiene lugar como castigo , resulta evidente que todo lo que llamaríamos “el sistema penal divino”, todas las otras actuaciones de la justicia castigadora de Dios quedan fuera de lugar en la religión cristiana. Reato de culpa y reato de pena . El defecto radical de todo este procedimiento judicial atribuido a Dios radica en la aplicación a la justicia de Dios de los conceptos con los que trabaja la justicia humana: el mito de la pena trasformado en teología de la pena . Ante- riormente vimos cómo esta teologización del mito de la pena ocu- rre ya en la edad patrística por obra, sobre todo, de S. Agustín. S. Anselmo consolida este trabajo. Que se estabiliza en el conocido, indiscutido axioma de toda la teología posterior: todo pecador incu- rre en el doble reato de culpa y el reato de pena . El reato de culpa se lo perdona por Dios por el acto de contrición, por el sacramen- to. Pero el reato de pena sigue vigente, aunque la culpa haya sido perdonada. El pecador ha de penar / sufrir un castigo por su peca- do. Dios no le levanta el castigo / pena, si no se le ofrece una satis- facción 47 . Caso clásico el pecado original que es borrado, en su razón de pecado (en su reato de culpa), por el bautismo; pero hasta los niños deben sufrir el castigo (reato de pena) que por él fe impuesto a todo ser humano. S. Agustín hizo de este hecho el argu- mento teológico básico a favor de su teoría del pecado original. S. Anselmo urge tanto la fuerza del axioma que cree inconveniente / injusto que Dios deje de castigar al pecador: o satisfacción o castigo (Anselmo). O te castigas tú o te castiga Dios (Agustín). Este axioma teológico sobre el reato de culpa y pena que impli- caría todo pecado exige una explicación en su contenido y en su aplicación al tema que estamos estudiando. La palabra “pena” que se utiliza en el axioma tradicional tiene en español una triple acep- ción: pena, como privación de un bien conveniente; pena, como CRISTIANISMO, ¿RELIGIÓN DEL AMOR-RELIGIÓN DEL MIEDO? 591 47 La teoría del doble reato que incurre el pecador al pecar viene ya desde san Agustín. La sostenían los grandes escolásticos. S. Tomás, Summa Teologiae I, q. 87, a. 6. J. Duns Escoto. Cf. H. De MONTEFORTINO, J. D. S coti Summa Theologica, ( Romae 1902) T. IV, q.87.a.6. c. Esta teoría la siguen sosteniendo los teólogos, hasta el día de hoy. Bajo la influencia del mito y teología de la pena que venimos comen- tando.
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