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sufren, porque son culpables. Y ¿qué otro pecado puede tener un niño, sino el pecado de sus antepasados, el pecado original? Con- cluye retórico y triunfante, Agustín. Y por ello justamente castigados. Estaba en discusión la idea de ‘la justicia’ de Dios. Dios no sería justo, si castigase de ese modo el pecado de Adán (Julián). Dios es perfectamente justo cuando castiga como lo hace el pecado de Adán (Agustín). Porque la justicia de Dios sigue unos caminos incompren- sibles para la justicia humana. Ésta no puede castigar el pecado de los padres en los hijos y la justicia de Dios sí lo puede hacer, según Deut. 5,9: Castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la ter- cera y cuarta generación, cuando me odian ” 22 . En la frase “sufren, luego son culpables” (los niños), cifra Agus- tín su argumento teológico decisivo a favor del pecado original y su mejor defensa de la justicia de Dios que lo castiga tan severamente. La repite como un apotegma incontrovertible. En realidad, no tiene consistencia racional ninguna. Sólo tendría fuerza probativa si se admitiese en todo su vigor la teología de la pena, de la satisfacción penal. Que a su vez tiene su base en el mito de la pena. A estas figu- ras estamos referidos. El mito de la pena . Tiene su raíces en las culturas más primiti- vas y llega has nuestros días. Espontáneamente, ante un delito la gente exclama: el que la hace que lo pague. Tiene conexiones psi- cológicas y culturales con la famosa ley de talión: ojo por ojo y dien- te por diente. Y con la inexorable ley la venganza sagrada. De tal modo que, si el culpable no paga personalmente, el reato de pena pasa de padres a hijos. El poeta latino Horacio dice: “L a pena es compañera inseparable de la culpa ”. “ Expías, romano, sin merecer- lo, los delitos de los mayores” 23 . En perspectiva más universal, dice el investigador P. Ricoeur : “El castigo procede inexorablemente de la CRISTIANISMO, ¿RELIGIÓN DEL AMOR-RELIGIÓN DEL MIEDO? 569 22 Textos de Julián los recoge S. Agustín , Contra Jul. opus . imperf., V, 63; I,48; II,124-126; VI,6; III,24; II,16;; III,126.Sobre el tema del castigo ‘justo’ de Dios a los niños, A. de VILLALMONTE, “ Miseria” humana y pecado original: un gran tema agustiniano , en Revista Agustiniana 33(1992) 111-152. 23 HORACIO, “ culpam poena premit comes ”, Odas, lib. IV, 5. El poeta cono- ce también la existencia de la culpa ancestral, la trasmisión de culpa y pena de gene- ración en generación, mientras alguien no la expíe: “delicta maiorum inmeritus lues, romane ”, Odas , lib. III, 6.

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