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– porque el pecado de Adán fue inmensamente grave; – porque la justicia divina no puede dejar ningún delito sin su debido castigo. Examinamos cada uno de estos motivos. El inmenso pecado de Adán . El tema de la valoración del peca- do de Adán ya lo discutieron hace 15 siglos Agustín de Hipona y su adversario doctrinal, el obispo Julián de Eclana. Éste, como todos los teólogos, hasta fecha reciente, admitía la rigurosa realidad histórica de Adán. Pero, basado en el sobrio método exegético antioqueno y en el realismo de la antropología aristotélica y estoica, no se permi- tía idealización ninguna en torno a la figura del Adán. Éste habría sido, más bien, un sencillo propietario de un jardín, escaso de luces, falto de prudencia, irreflexivo como lo muestra su comportamiento. Agustín, en cambio, bajo la influencia de los mitos paganos sobre los orígenes, de su idealismo neoplatónico, reviste al Adán bíblico de los rasgos del “Hombre” (Anthropos) ideal celeste de la mitología metafísica de Platón. El filósofo y el teólogo Agustín con- centran en Adán toda la grandeza y responsabilidad de que es capaz un ser humano 18 . El obispo Julián, en medio de la polémica, niega la mayor: no hay tal grandeza inmensa del pecado Adán. Éste sería tan sólo “pobre hombre”, débil, incapaz de tan magno pecado. La Escritura nos habla de pecados mucho mayores que el de Adán: el fratricidio de Caín, los de Sodoma y Gomorra, la idolatría de los hebreos en el Sinaí. Y añade, con patente mordacidad: mucho 566 ALEJANDRO DE VILLALMONTE, OFMCap 18 La llamada “teología de Adán” ( adamología) es el resultado de mezclar el mito pagano de la edad de oro y el mito bíblico del paraíso, con la figura del “Hom- bre”( “ Anthropos ”) ideal de origen platónico y , con la figura del Hombre Primordial ( Urmensch ) de la cultura iranio persa. Sin olvidar las cavilaciones de la gnosis y del maniqueísmo sobre el mítico “Hombrón” cósmico, cuyas dimensiones cubrían el universo entero. La teología de Adán, ejerce funciones de una verdadera ‘gnosis’ católica surgida frente a la gnosis de los heterodoxos, dice P. Ricoeur. Puede verse (con la bibliografía allí aducida). A. de VILLALMONTE Adán nunca fue inocente. Reflexión teológica sobre el estado de justicia original , en Naturaleza y Gracia 19 (1972) 3-82. ID., La teología de Adán en san Buenaventura , en Verdad y Vida 33 (1975) 253-301.ID ., Cristianismo sin pecado original ( Salamanca 1999) passim. En breve, diríamos que se trata de una historificación y ontologización abusivas del relato mítico simbólico de Gn 1-3 sobre la primera pareja humana.

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