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cristiana: por el pecado original entró y se mantiene “El Miedo” como uno de los personajes que actúan en el gran teatro del mundo, de la historia de la humanidad. Vamos a explicar esta afirmación. Como se ha indicado, según la tradición cristiana, por la tras- gresión de Adán “ el rostro de Dios, plácido antes y sereno, se contur- bó con ira ” 16 . El régimen- orden-ley de amor se tornó orden - régi- men - ley de justicia. Cierto, la misma tradición insiste tenazmente en que la justicia ha sido templada e incluso superada por la mise- ricordia. Pero lo que llamaríamos régimen de justicia como tal régi- men, sigue vigente. Ante la humanidad pecadora es obvio que Dios podía perdo- nar generosamente la culpa, sin faltar a su justicia. Pero, castigando severamente a la humanidad culpable, también obró justamente. La aserción parece diáfana, incontrovertible para un creyente. Sin embargo, reflexionando a fondo sobre ella nos metemos en un zar- zal de problemas del que hasta hoy mismo la teología no ha logra- do salir airosamente. F. Nietzsche, siempre mordaz y excesivo, pero también muy agudo psicólogo, hace esta observación: “La falta de generosidad ( magnanimidad) es uno de los presupuesto del cristianismo, ¿por qué la justicia de Dios habría de exigir un sacrificio? El tormento de Cris- to en la cruz no era necesario” 17 . Para un cristiano es una especie de a priori indiscutible que, cuando Dios (según la tradición) castigó en Adán a toda la humani- dad con tan inmenso castigo, justamente lo hizo. Pero, si le hubie- se perdonado con total gratuidad y magnanimidad, también hubie- se sido justo. ¿Por qué, sin embargo, se habla en esa tradición de una especie de necesidad moral de que Dios castigase, tal como lo hizo, el pecado de Adán y en él a toda la humanidad, por todo el discurrir de la historia y hasta las profundidades de la eternidad? La fe, buscando hacer razonable lo creído, encontraba “razonable” tamaño castigo por este doble motivo: CRISTIANISMO, ¿RELIGIÓN DEL AMOR-RELIGIÓN DEL MIEDO? 565 16 J. DONOSO CORTÉS , Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socia- lismo, II, 5 . Y añade: los serafines mudaron de semblante, el planeta tierra quedó todo él degradado y viciado. 17 Citado en Revista Portuguesa de Filosofía 57 (2001) 88.

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