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sin cesar. Y, correlativamente, se consideraba al hombre y lograban que éste se considerase a sí propio, como naturaleza viciada, corrompida por el pecado original en diversos grados y “dotado” de una “libertad esclava” bajo los poderes del mal: es el infortunado “ hombre caído ” de la tradición cristiana. Verdadero árbol caído , del cual los teólogos y predicadores cristianos nunca terminan de hacer leña . En este contexto religioso cultural, nada extraño que el propio hombre caído , el cristiano occidental de esta época, estuviese acom- plejado por el “miedo a la libertad” propia, profundamente viciada por el pecado original. En rudo contraste con la exaltación de la dig- nidad humana (dignitas naturae conditae), proclamada por la cultu- ra secular, a partir de Renacimiento y de la Ilustración. Como agentes provocadores de estos miedos, cuya presencia describe Delumeau, pueden ser concentrados y personificados en las figuras de Satanás, “El Pecado”, el Infierno 14 . Y, al fondo la justi- cia/ cólera de Dios que ha surgido en él como reacción frente al pecado de la raza humana. Satanás, “El Pecado”, el Infierno serían instrumentos de la cólera de Dios que castiga a la humanidad. Más adelante se irá aclarando el sentido y el alcance operativo de cada uno de estos “miedos”, agentes de miedo. Y, especialmente, el sig- nificado de la ira / justicia de Dios, que es la raíz primera “El Miedo” universal que ha invadido a la Cristiandad durante siglos. Porque, “ es horrendo caer en las manos del Dios vivo ” (Hb 10,31). La pastoral del miedo . Es el subtítulo, el subtema al cual Delu- meau dedica casi la mitad de su estudio sobre “El pecado y el miedo”. La practican católicos y protestantes. Predicación del todo hamartiocéntrica (centrada en el pecado): la enormidad y frecuencia 562 ALEJANDRO DE VILLALMONTE, OFMCap 14 San Pablo habla de “El Pecado ” (He Hamartía ) como símbolo, prosopo- peya, personificación de las fuerzas del mal que asedian y, en cuanto pueden, pene- tran el mundo y esclavizan al hombre que a él se entrega Es un recurso literario que ayuda también a comprender la acción de las fuerzas contrarias a “El Pecado”: La Gracia y El Espíritu. Tanto este simbolismo como el contenido teológico de “El Pecado” lo apli- camos aquí a la figura de “El Pecado Original” que tradicionalmente cumple funcio- nes similares. También a la figura de “El Miedo” le concedemos en el texto simila- res funciones literarias y simbólicas a las de “El Pecado”. Más amplio comentario a la figura paulina “El Pecado” puede verse en A. de VILLALMONTE, Cristianismo sin pecado original (Salamanca 1999) 140-145.

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