NG200603001

4.1. La meditación de la historia de Jesús Francisco en 2CtaF 6-11, comparte la situación vital de Jesús en Getsemaní. La 2CtaF reconoce el Misterio de Dios a través de la “meditación” de los misterios históricos del Hijo Jesucristo 461 : la Última Cena (2CtaF 6-7) y la entrega (2CtaF 8-9). A la luz de los sen- timientos de Jesús, interpreta el rechazo de la Regla de 1221. Esta oración le ayuda, en el Capítulo de 1221, a dejar la Orden en manos de Dios. 4.2. La contemplación del Misterio de Cristo Francisco expresa el modo en cómo fue introducido en la rea- lidad trinitaria de Dios (2CtaF 48-53) y como contempló místicamen- te la relación entre el Padre y el Hijo (2CtaF 54-60) 462 . Tras despren- derse de todo, pide al Padre por los hermanos que se le dieron en el pasado, por los del presente y por aquellos que se unirán a la vida penitencial en el futuro. Ruega por ellos, para que sean consagrados al servicio de Dios y que un día estén todos juntos en su Reino. La expresión: “ quiero, Padre, que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria” (v.60), en boca de Francisco, manifiesta su intención de que la misericordia de Dios se haga efec- tiva de manos de los fieles a lo largo de la historia. 4.3. La alabanza franciscana La “oración de alabanza” aparece en la 2CtaF en dos momen- tos: LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 527 461 El verbo latino “meditari” se usaba para designar el ejercicio continuado y repetido de iniciación a la vida militar romana. La corriente neoplatónica la trasladó a la vida espiritual de occidente para expresar el ejercicio repetido de iniciación a la vida interior. Al final de la Edad Media surgieron en occidente los métodos de oración y meditación de los misterios del Hijo que luego influirán en la mística del s. XVI. 462 La “contemplación” es el modo de orar por la que el fiel recibe de Dios la contemplación de su Presencia trinitaria de forma gratuita sin que tenga que hacer más que abrirse y acoger al Espíritu. Teresa de Jesús compara esta oración al tipo de riego que proporciona la lluvia: “ que lo riega el Señor sin trabajo ninguno nues- tro, y es mucho más sin comparación mejor que todo lo que queda dicho”(Libro de la Vida 11,7). TERESA DE JESÚS, O.c. , nota 219.

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