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para ejemplo, si perseveran en ellas hasta el fin, bendígales el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo. Amén” (v.88). Por eso es importante reconocer que para recibir la bendición de la Trinidad hay que: acoger primero las “palabras” y perseverar en ellas y, en segundo término, orar la propia vida. 2. E L FUNDAMENTO DE LA ORACIÓN CRISTIANA El planteamiento de la 2CtaF parte de una historia de amistad entre un Dios misericordioso y una humanidad herida al borde del camino (2CtaF 4-5). Esta situación suscita en nosotros dos pregun- tas: ¿Dónde nos encuentra el Hijo y cómo surge nuestra adoración? 2.1. El lugar y el modo de la adoración El Hijo samaritano encuentra al hombre en la situación real en la que vive; en el momento concreto en el que la humanidad nece- sita de una mano para levantarse. Y nosotros somos esa humanidad caída, de ayer y de hoy, donde el Padre permite a su Hijo ser com- pasivo 448 . Así pues, nuestra fragilidad es la situación donde la Trini- dad se hace presente (2CtaF 4) y donde el Hijo se compromete para convertirla en lugar de adoración (2CtaF 5) 449 . El Hijo es el hombre que ama al Padre desinteresadamente y nos enseña el modo de adorar: “ en espíritu y verdad” (v.19) 450 . Él nos ha levantado de la cuneta (2CtaF 11) y nos ha invitado a volver a la casa del Padre: a) dejando que Dios ocupe todo nuestro cora- zón y podamos amarle “ con puro corazón y mente pura” (v.19) , b) dando lugar a los “frutos dignos de penitencia” (v.25) y c) avivando la invitación del Hijo: “Vete y haz tú lo mismo” (Lucas 10, 37) . De esta manera la adoración en la 2CtaF aparece como el éxodo de uno LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 521 448 Los pequeños, los pobres, los desheredados son los destinatarios del Reino por la forma de ser de Dios (“eudokía”) y no por sus méritos. 449 “ Sigo mirando la postura del Buen samaritano. También usamos la misma postura al orar. Adorar de verdad solamente se puede hacer cuando se empieza a prestar servicio al necesitado ”. J. M. RUEDA, O.c. , nota 364, 103. 450 (Cf. Mc 11,17)”.
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