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cisco de Asís, sin entrar en las categorías escolásticas y su tradición patriarcal 436 , ofrece una experiencia mística de Dios, que va más allá de las categorías que normalmente se le dan a Dios. Él, aunque es educado en la sociedad medieval, posee una visión trinitaria, que sintetiza el cristianismo de una manera nueva. Su imagen de Dios está por encima de las consideraciones del género, ya que surge de la experiencia familiar de la Trinidad: “ Y serán hijos del Padre celes- tial, cuyas obras realizan. Y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo” (v.49-50). La imagen materna de Dios le afecta tanto, que su estilo de vida se sustenta en la vivencia de la maternidad dentro de la fraterni- dad 437 . La experiencia de la maternidad espiritual del fiel se com- prende, en la 2CtaF, desde de la relación que María Virgen estable- ce con los planes del Padre. Las continuas referencias al fruto de su “vientre ”, parecen llenarse de los rasgos de la “madre tierra”, que nos sustenta y a la que volvemos tras la muerte 438 . Sin embargo, no sólo María, sino que el mismo Padre de la Trinidad, aparece con entrañas de misericordia que le hacen preocuparse por nosotros a través del Hijo (2CtaF 56b-60), como le ocurre a una madre con su criatura 439 . Francisco nunca llama a Dios “madre”, sin embargo, la miseri- cordia del Padre plasmada en la Creación y en la Encarnación de su Hijo, manifiestan su rostro materno. Una misericordia que él recibe a través de la acogida de la Iglesia, a vivir como un penitente 440 : “Percatándose el obispo de su espíritu y admirado de su fervor y LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 515 436 La Biblia es fruto de un largo proceso de formación y de las precompren- siones de quienes la escribieron dentro de un contexto patriarcal. En la Edad Media pervive esta comprensión. Reflexiones suscitadas por la profesora Enma Martínez Ocaña, en el seminario “Teología femenina/feminista”, en: UPCO, Madrid, curso 1998/1999. 437 “Aquéllos que quieren vivir como religiosos en los eremitorios, sean tres hermanos o cuatro a lo más; dos de ellos sean madres, y tengan dos hijos o uno por lo menos” (ReglEr 1). 438 “ Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra, la cual nos sustenta y gobierna, y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba” (Cant 9). Este es el germen de todo el “Cántico de la criaturas”. J. M. CHARRON, De Narciso a Jesús (Oñate 1995) 79-90; 105-109. 439 (Cf. Is 66,12-13). 440 (Cf. LG 64).

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