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suficiente para salir de una situación pecaminosa. A esta Iglesia es la que se une Francisco por impulso del Señor: “El Señor me dio de esta manera a mí, hermano Francisco, el comenzar a hacer peniten- cia: porque, como estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo ver a los leprosos. Y el Señor mismo me condujo entre ellos, y practiqué la misericordia con ellos” (Testamento,1-2). Así pues, la 2CtaF aparece como el desarrollo de la experiencia penitencial de Francisco. Hunde sus raíces en la misericordia de la Trinidad, manifestada por el Hijo Jesús al hacerse samaritano de todos aquellos y aquellas, que se encontraban lejos de la casa del Padre. Para Francisco es la compasión del Hijo, la que le hace com- prender la necesidad de volver al Padre y convertirse en canal de su Misericordia. Una vez descrita la dinámica del Amor y la práctica de la mise- ricordia, damos un paso más para descubrir el proceso de formación de la imagen de Dios. La 2CtaF es un buen documento para descri- bir el paso que se da en Francisco de un Dios sociológico a la expe- riencia profunda del Dios Trinidad. CAPÍTULO 9º. LA IMAGEN DE DIOS La carta de Francisco nos presenta una imagen determinada de Dios. Como todos nosotros, él parte de la imagen que su educación, la teología del momento y hasta su psicología determinan, de mane- ra que esa imagen va a influir en el modo de situarse ante la vida. De ahí la importancia que tiene para el cristiano, revisar la imagen que posee de Dios y evaluar si está evangelizada por Jesucristo. La experiencia mística del “poverello”, nos descubre a Dios como el Padre de Jesucristo con rasgos maternos. Una visión que encaja per- fectamente con la expresión del Génesis, de que la imagen de Dios se plasmó en los dos sexos (Cf.Gen 1, 27) y que asume la experien- cia de los profetas (Cf.Is 66, 13). La teología actual, la psicología evolutiva y la biografía de Francisco, nos van a servir para describir el proceso de formación de la imagen del Dios Trinidad en la 2CtaF. Para ello damos dos pasos: describimos primero el fundamento sociológico del Dios medieval y segundo damos razón de su con- formación psicológica en Francisco. 512 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ