NG200603001

CAPÍTULO 8º. LA ESPIRITUALIDAD DE LA MISERICORDIA La Trinidad ha sido la que ha decidido salvar a la humanidad. El modo de acercarse a nosotros, ha sido mediante la compasión del Hijo, ante la situación que vivíamos, y lo ha hecho sin reparar en si éramos o no culpables. De esta manera nos ha enviado a su Hijo samaritano para hacernos llegar su misericordia. Este misterio de Amor, revelado a Francisco en su propia histo- ria, es el que se ofrece al fiel para responder a Dios (2CtaF 19-47). Por eso la vida en penitencia pasa a ser la respuesta agradecida de todos los fieles a Dios y la propuesta a transmitir su misericordia. El fundamento espiritual de la vida en penitencia, bebe de dos parábolas que manifiestan la misericordia de Dios. La tradición fran- ciscana toma la parábola del buen samaritano, mientras que la tra- dición penitencial de la Iglesia, recurre a la parábola del padre per- donador (o del Hijo pródigo). Tanto una como otra constituyen la base de la espiritualidad de la 2CtaF y por derivación de la Tercera Orden Regular de Penitencia de san Francisco, por eso vamos a des- arrollar ambas. 1. E L A MOR SAMARITANO DE D IOS EN LA 2C TA F Francisco deja claro a los fieles, que su compromiso con los hermanos y con el mundo (2CtaF 25-47), debe ser una consecuen- cia del Amor recibido de Dios (2CtaF 4-13). Por eso sitúa el manda- miento principal de la Ley, al comienzo de la conversión de los fie- les: “En cambio, ¡Oh, cuán dichosos y benditos son los que aman a Dios y obran como dice el Señor mismo en el Evangelio: Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y con toda la mente, y a tu próji- mo como a ti mismo!” (v.18) 420 . Un mandato que Jesús ilustra con la parábola del buen samaritano ante la pregunta, “¿quién es mi pró- jimo?” LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 507 420 L. TEMPERINI, Vivir hoy nuestro carisma penitencial, en Analecta TOR 150 (1991) 373.

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