NG200603001

Encarnación del Hijo en el mundo: en medio de sus tareas, sus com- promisos familiares, laborales y religiosos. La constitución dogmáti- ca “Lumen Gentium” afirma: “... los fieles cristianos que, por estar incorporados a Cristo mediante el bautismo, constituidos en Pueblo de Dios y hechos partícipes a su manera de la función sacerdotal, profética y real de Jesucristo, ejercen, por su parte, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo” (Lumen Gentium,31). Esta concepción teológica actual nos muestra cómo Francisco anti- cipa la vocación del laico a amar a Dios (2CtaF 19-21) y hacer “fru- tos de penitencia” (2CtaF 26). Pero su compromiso particular se rea- lizará en el ámbito en el que es encontrado por el Hijo: los hay que son jueces (2CtaF 28), los hay que practican la caridad y los hay que viven en situación humilde (2CtaF 30), es decir, que su misión será la de hacer presente el Reino, gestionando y animando los asuntos temporales según Dios 410 . En la carta hay un dato significativo, todos los fieles dependen del servicio de los sacerdotes por representar a Cristo y hacer pre- sente la Salvación: “ Y a nadie de nosotros quepa la menor duda de que ninguno puede ser salvado sino por las santas palabras y la san- gre de nuestro Señor Jesucristo, que los clérigos pronuncian, procla- man y administran. Y sólo ellos deben administrarlos y no otros” (v.34-35). En la relación de los laicos con los ministros Francisco refleja la concepción laical del s.XIII y la necesidad de someterse a la jerarquía para no incurrir en herejía 411 . 3.2. El seguimiento de Jesús (v.36-47) Jesús llama a los discípulos “ para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar ” (Mc 3,14). Con esta invitación busca que algu- nos anuncien durante toda su vida el evangelio con una vida itine- rante y a la vez pertenezcan a una comunidad de discípulos. Los 504 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 410 (Cf. LG 31). 411 La sociedad del momento los comprende con una función pasiva y depen- diente del clero:“ Y el segundo son los “laicos”, el pueblo de Dios, a quienes se permi- te el uso de los bienes temporales para hacer limosnas, pagar los diezmos a la Iglesia, llevar ofrendas al altar, se casan cultivan tierra, etc ”. D. De PABLO MAROTO, O.c. , nota 79, 378.

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