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hecho salvífico de la Redención, adquiere su importancia de la veni- da en carne del Hijo a nuestra historia. Pero además, la carta nos ofrece la posibilidad de destacar un rasgo de la espiritualidad del Misterio de Cristo, que no se acostum- bra a señalar en Francisco de Asís. Normalmente la teología espiri- tual franciscana se centra en la teología de la cruz 397 y se funda en su biografía 398 . Pero la experiencia profunda de la Encarnación del Hijo es la que da sentido a la espiritualidad penitencial de la carta, funda su interés por la humanidad de Cristo y se acerca más a su estilo pobre y alegre de vida 399 . Las Teologías políticas o la misma Teología de la Liberación tienen como base la Encarnación del Hijo 400 y, sin embargo, ninguna de ellas ha reparado en la experien- cia del Dios de Francisco. En la 2CtaF tienen un referente claro de cómo un pobre de la historia puede ser receptor de la experiencia mística de la filiación divina y a la vez vivir un compromiso eclesial con su mundo. 2. L A ESPIRITUALIDAD DE LA EXPERIENCIA MÍSTICA La experiencia mística de Dios configura la espiritualidad encar- natoria de la 2CtaF. La huella que la familia trinitaria produce en Francisco (2CtaF 48-53) le dispone para entrar a vivir la relación de hijo que el Hijo Encarnado vive con el Padre (2CtaF 54-60). Por eso Francisco no sólo comparte la entrega y la Pasión de Cristo, sino que recibe la gracia de asemejarse exteriormente al crucificado 401 . Como vimos en el capítulo quinto, la experiencia mística de la fe que aparece en la 2CtaF arranca de la experiencia de la familia LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 501 397 “... la tradición franciscana honra al Pobrecillo de Asís con el título de Alter Christus, otro Cristo, y que el mismo Jesús autentificó con la impresión en él de las sagradas llagas”. M. QUECEDO, DIRECTORIO de espiritualidad franciscana (Santiago 1964) 68. 398 ( Cf. 1Cel 94). 399 (Cf. 1Cel 85). 400 La Teología de la Liberación es una reflexión crítica desde el evangelio de las formas de opresión, empobrecimiento y muerte a las que son llevadas las mayo- rías populares. M. P. AQUINO, Nuestro clamor por la vida, (DEI 1992) 37-187. 401 O. VAN ASSELDONK, O.c. , nota 194, 459-483.

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