NG200603001
2. E L DOMINIO DEL DIABLO ( V .66-67) En aquellos que viven en penitencia se posa el “ Espíritu del Señor” (v.48), mientras que en los que se cierran a Dios y al próji- mo son “engañados por el diablo” (v.66). Y ¿cómo engaña el diablo? Francisco destaca que su acción sobre el hombre no es la inhabita- ción que proporciona el Espíritu, sino el engaño y la desviación de su vocación a ser familia de Dios. Y lo hace de dos maneras: a) “ Engañados por el diablo, cuyos hijos son y cuyas obras hacen, son unos ciegos, pues no ven a quien es la luz verdadera, nuestro Señor Jesucristo” (v.66). Les ciega de tal manera, que no reconocen a Jesús como la luz 381 , y, ciegos, se hacen hijos del diablo porque se dejan embaucar por su consejo y ejecutan sus obras 382 . Esta primera consecuencia es la misma, aunque en negativo, que la que surge en el fiel al ser habitado por el Espíritu (2CtaF 49). b) “No tienen sabiduría espiritual, porque no tienen en sí al Hijo de Dios, que es la verdadera sabiduría del Padre; de ellos se dice: Su sabiduría ha sido devorada” (v.67). No son introducidos en la rea- lidad de la familia de Dios, de manera que no saben que es posible ser: “... esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo” (v.49) 383 . La acción del diablo les impide conocer su vocación a ser imagen de la familia de Dios; es decir, nublar la sabiduría que pro- porciona Dios 384 . LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 493 381 “ El Verbo, nuestro Señor, ha iluminado absolutamente a todos los hombres con su luz y que ha impartido la verdadera y divina enseñanza acerca de su Padre”. SAN ATANASIO, O.c. , nota 45, 40 . 382 “ Vosotros tenéis al Diablo por padre y queréis realizar los deseos de vuestro padre” . M. EL CONFESOR, O.c. , nota 45, 32. 383 “Nosotros, por el contrario, hacemos todo lo opuesto a sus mandatos y en lugar de hijos de Dios, hijos impíos porque abandonados los mandatos del Señor, nos esclavizamos a los espíritus malignos por eso, los hijos de día y de la luz hemos llega- do a ser hijos de las sombras y de las tinieblas porque pecamos transgrediendo los mandatos del Señor” . M. EL CONFESOR, Ib ., nota anterior, 37 . 384 “ Los hombres, volviéndose por consejo del Diablo, hacían las cosas corrup- tibles y se hicieron culpables de su corrupción en la muerte”. Dios les envió la Ley y los profetas. Sin embargo los hombres vencidos por las ilusiones y los engaños de los demonios, no dirigen su vista hacia la verdad, de tal manera que ya no parecían seres racionales. SAN ATANASIO, O.c. , nota 45, 5.12. Esa verdad es la sabiduría para Schmucki. O. SCHMUCKI, O.c. , nota 306, 355-390.
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