NG200603001

LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 491 Los que no hacen penitencia (v.64-85) 63 Pero, en cambio, todos aquellos que no llevan vida en penitencia a) ni reciben el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, b) 64 y que ponen por obra vicios y peca- dos; y que caminan tras la mala concupis- cencia y los malos deseos c) y no guardan lo que prometieron; 65 y que sirven corporalmente al mundo con los deseos carnales, con los cuidados y afanes de este siglo, y con las preocupa- ciones de esta vida, 66 Engañados por el diablo, a) cuyos hijos son y cuyas obras hacen, b) son unos ciegos, pues no ven a quien es la luz verdadera, nuestro Señor Jesucris- to. 67 No tienen sabiduría espiritual, porque no tienen en sí al Hijo de Dios, que es la ver- dadera sabiduría del Padre; de ellos se dice: Su sabiduría ha sido devorada. 68 Ven, conocen, saben y practican el mal, y a sabiendas pierden sus almas. Los que hacen penitencia (v.19-47) 25 Hagamos, además, frutos dignos de penitencia. 22... y recibamos de él el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo. 34 ...ninguno puede ser salvado sino por las santas pala- bras y la sangre de nuestro Señor Jesucris- to, 32 Debemos también ayunar y abstenernos de los vicios y pecados, y de la demasía en el comer y beber, y ser católicos. 40 Debemos... poner nuestros cuerpos bajo el yugo de la servidumbre y de la santa obediencia, según lo que cada uno prome- tió al Señor. 45 No debemos ser sabios y prudentes según la carne, sino, más bien, sencillos, humildes y puros. 46 Y hagamos de nuestros cuerpos objeto de oprobio y desprecio... 48 Y sobre todos aquellos y aquellas que cumplan estas cosas y perseveren hasta el fin, se posará el Espíritu del Señor y hará en ellos habitación y morada. 49 Y serán hijos del Padre celestial, cuyas obras realizan. 50 Y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo. 51 Somos esposos cuando el alma fiel se une, por el espíritu Santo, a Jesucristo. 52 Y hermanos somos cuando cumplimos la voluntad del padre, que está en el cielo; 53 madres, cuando lo llevamos en el cora- zón y en nuestro cuerpo por el amor y por una conciencia pura y sincera; lo damos a luz por las obras santas, que deben ser luz para ejemplo de otros. En este caso los versos nos muestran la parte más plástica y viva de la carta. Comienzan con una exposición de las actitudes y accio- nes de aquellos que no son fieles (2CtaF 63-65), describen la acción

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