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uno de nosotros “seamos uno” como el Hijo lo es con el Padre, y lleguemos a construir una fraternidad humana a imagen de la fami- lia de Dios. CAPÍTULO 6º. “LOS QUE NO HACEN PENITENCIA” (V. 63-85) En 2CtaF 61-85 encontramos el planteamiento negativo de lo que la penitencia, en 2CtaF 19-47, es en positivo. Si volvemos a la crítica literaria de la Introducción, nos damos cuenta de que la 1CtaF se compone de una estructura simétrica entre los que hacen y los que no hacen penitencia. De manera que todo lo afirmado en posi- tivo se contradice en negativo. Esta primera redacción, al integrarse en la estructura epistolar de nuestra 2CtaF, pierde la simetría. Y el rechazo de la vida en penitencia, en la 2CtaF, queda situado inme- diatamente después de la experiencia mística. De ahí que este apar- tado adquiera un matiz distinto al de simple contraste con la forma penitencial de vida: los que “ no llevan vida en penitencia ” y “ sirven corporalmente al mundo” rechazan la misericordia que Dios nos ha manifestado en su Hijo encarnado 378 . Si hacemos una sinopsis de los dos planteamientos de vida en la 2CtaF observamos la correspondencia antitética entre los que hacen y no hacen penitencia, y las consecuencias teológicas de ambas respuestas. 490 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 378 L. IRIARTE, Temi di vita francescana (Roma 1987) 115-124.

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