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Toda esta manifestación se produce en medio de la situación personal de Francisco y se dará también en la vida cotidiana de cada uno de nosotros, sin nada extraordinario, según el modo y el len- guaje que Dios manifiesta en nuestra historia personal. 7.1. Los fenómenos extraordinarios Son manifestaciones que la curiosidad popular asocia a las experiencias místicas. Se dan en muchas de ellas, pero también es cierto que se producen en las místicas profanas y a personas que no han tenido ningún tipo de experiencia de profundidad. La literatura se ha recreado en estos fenómenos vinculándolos a la fe; muchas veces movida por una falsa concepción de la santidad. Por eso, este tipo de fenómenos no es criterio ni de experiencia mística, ni de la acción de Dios. Tampoco son materia para creer. Entonces ¿cuál es su sentido? Si atendemos a los milagros de Jesús, descubrimos que tienen como finalidad hacer presente, en la historia, el desbordamiento del Amor de Dios. Si constatamos su repercusión en los varones y muje- res a los que se acerca, descubrimos en ellos experiencias de des- apego y libertad ante todo lo creado (Cf. Lc 7,38). En nuestra carta la experiencia mística se acerca a ser “ madres de Jesucristo ” e “ hijos del Padre ”. Son dos momentos de crecimiento personal y compro- miso con la historia, de mucho mayor calado y riqueza que la estig- matización de las llagas de Cristo a Francisco 370 . La repercusión del Amor de Dios en su cuerpo (1224) sólo es una prueba personal de lo que ha acontecido con anterioridad en el interior del ser (1215/1221) 371 . 7.2. Sus originalidades Toda experiencia mística de fe tiene su fundamento en la vida, Muerte y Resurrección de Jesús. La experiencia de Francisco está encarnada en la historia de los hombres y en ella busca la voluntad 488 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 370 “ Dos años antes de su muerte... [1224]” (1 Cel 94). 371 Años en los que se datan las dos ediciones de la carta.

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