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4. L A EXPERIENCIA MÍSTICA ( V .54-62) La 2CtaF 54-62 nos introduce en un cambio de actitud del espí- ritu humano. Hasta ahora había sido introducido en la realidad fami- liar de Dios por medio del Espíritu (“passio”). Ahora los fieles pasan a vivir una relación personal con el Padre de Jesucristo; una relación que sólo establece el Hijo y que exige la decisión de perderlo todo en manos de Dios (“actio”). Francisco distingue esta decisión volun- taria de la actuación que exigía la ascesis penitencial 342 . En este caso nos lleva a todos a adoptar los sentimientos humanos de Cristo en su relación histórica con el Padre; en una expresión extrema del acto de fe. Por eso antes de pasar a la experiencia de la fe, de corte místi- co, hemos de señalar qué significa tener una experiencia tal y hacia dónde lleva al que la padece. 4.1. La experiencia mística de la fe La “mística” es un fenómeno humano que se manifiesta en la historia y en la realidad de los hombres 343 y que, como término, hace referencia al misterio del ocultamiento de la Divinidad 344 . Hoy designa aquellas experiencias interiores, inmediatas y fruitivas que ocurren en un nivel de conciencia que supera el de la experiencia ordinaria y objetiva 345 . Muchas de las religiones contienen manifes- LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 477 342 Las dos se denominan “actio”, sin embargo el esfuerzo ascético de la vida en penitencia no es equiparable a la decisión por vivir como el Hijo en la experien- cia mística. El espíritu humano, en este momento final, es puesto ante la opción de ser como el Hijo (semejanza) o de volverse atrás. 343 Las ciencias de la religión consideran la mística tan sólo como una etapa, por la que pasa toda experiencia humana. La teología protestante desvincula este tipo de experiencia de la vida cristiana. Sin embargo, para muchas religiones el fenó- meno místico es otro modo de acercarse al Misterio. 344 Como disciplina nace en el s.XIII al separarse la Dogmática de la Escritu- ra; de ahí que se centrase en la experiencia personal y en los grados de oración. 345 Los estados místicos son sencillos, transitorios y totalizantes. Son transito- rios porque no pueden ser mantenidos durante mucho tiempo, y una vez desapare- cidos no pueden ser reproducidos de la misma manera. Son totalizantes y vividos por hombre desde en centro mismo de su persona y se caracterizan por la simplici- dad de su contenido.

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