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el cumplimiento de su misión. Tras la glorificación el Espíritu del Padre se convierte en el “ espíritu que da vida” (1Corintios 15,45) y pasa a ser posesión del Hijo resucitado, de manera que puede ponerlo a disposición de la Iglesia. El verso de Francisco puede interpretarse como el regalo del Espíritu de Cristo a sus fieles como ocurrió en Pentecostés 291 . 2.1.3. El Espíritu del Padre y del Hijo La acción del Espíritu sobre el fiel en la 2CtaF apunta a una solución intermedia 292 . Por la estructura de la carta 293 , el descenso será del Espíritu del Padre en el v.48, para guiar al fiel como lo hizo con el Hijo tras su unción. Acabará siendo el Espíritu del resucitado, cuando hagamos el mismo proceso de descenso que el Hijo a la carne y a la propia cruz 294 . Así pues, puede decirse que es el Espí- ritu del Padre y del Hijo el que desciende “... sobre todos aquellos y aquellas que cumplan estas cosas y perseveren hasta el fin, se posará el Espíritu del Señor y hará en ellos habitación y morada” (v.48). El Espíritu del Padre y del Hijo que ya recibimos el día de nues- tro Bautismo, como infantes, es separado por Francisco para que nos identifiquemos con el Verbo encarnado y con Cristo resucitado. Y así como la presencia del Espíritu del Padre se fue actualizando en la vida de Jesús, se manifestará en nosotros el Espíritu del resu- citado dado en Pentecostés, para responder al Padre como lo hizo el Hijo 295 . LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(II) 465 291 J. L. LADARIA, Humanidad de Cristo y don del Espíritu , en Estudios Ecle- siásticos 51 (1976) 321-45. En este artículo da razón de la pnumatología cristológica. 292 La lectura de la 2CtaF está refrendada por la postura del J.L Ladaria y que integra la acción del Espíritu del Padre y del Hijo sobre el fiel; tal y como ocurrió en la Unción bautismal y en Pentecostés. J.L. LADARIA, La unción de Jesús y el don del Espíritu Santo, en Gregorianum 71 (1990) 547-571. 293 En la que Francisco separa la acción del Espíritu en la Encarnación (2CtaF 4-12) y la Unción del fiel (2CtaF 48-53). 294 “El fortalecimiento mediante el Espíritu del Padre ha hecho conducir a la inhabitación del Cristo en los corazones por la fe... el crecimiento del hombre inte- rior sería en última instancia idéntico a la inhabitación de Cristo en los corazones” H.U. VON BALTHASAR, O.c. , nota 99, 300. 295 “Este Espíritu del Señor es el Espíritu del mismo Cristo, Hijo de Dios, que se comunica al hombre en la medida que sigue sus huellas de Jesús pobre, humilde,

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