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amplio nos sacaría del contexto de nuestro estudio. El criterio de respuesta al Amor de Dios es el mismo que en la 2CtaF 522 : “ Los her- manos y hermanas amen al Señor con todo el corazón, con toda el alma y la mente, con todas las fuerzas y amen a sus prójimos como a sí mismos” (Regla Tor,9). a) La espiritualidad penitencial La idea bíblica de la “conversión” funda el ideario penitencial de la Regla. Convertirse es volverse hacia Dios para renovar la Alian- za que se había abandonado. Por eso, “hacer penitencia” es el cam- bio de vida que lleva al hombre de una existencia instintiva, centra- da sobre el propio yo, a una vida sujeta y enteramente abandonada a la voluntad de Dios: “... dejándose guiar por el Señor, inicien la vida en penitencia, sabiendo que todos hemos de estar en disposición de conversión permanente” (Regla Tor,6) . La “inhabitación” del Espíritu, que hace presente la vida trinita- ria, aparece como una realidad propiciada por el hombre y no como consecuencia de la gracia de Dios: “ Preparen siempre en sí mismos habitación y morada a ese mismo Dios omnipotente Padre, Hijo y Espíritu Santo” (Regla Tor,8). Sólo después se añaden dos disposi- ciones que se acercan a la postura de la 2CtaF: a) La apertura de nuestro amor humano al Amor de Dios por medio de la relación personal: “ Y adórenle con corazón puro, por- que es necesario orar de continuo y sin desfallecer; ya que tales ado- radores busca el Padre” (Regla Tor,9) 523 . Y a la vez sacramental: “ participen del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo y reciban su cuerpo y su sangre” (Regla Tor, 12) 524 . b) Esa apertura nos dispone a amar al prójimo por medio de los frutos de penitencia: “Y hagan frutos dignos de penitencia. Deben, además, ayunar; y esfuércense por ser siempre sencillos y humildes” (Regla Tor,13) 525 . 548 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 522 Cf. 1CtaF 1 y 2CtaF 18-19.26. 523 Cf. 2CtaF 21. 524 Cf. 2CtaF 22. 525 Cf. 2CtaF 25-32.

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