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un estatuto jurídico. Pide la ayuda del cardenal Hugolino para tra- ducir la espiritualidad de la 2CtaF en el “Memoriale Propositi” 508 . De ahí que ambos escritos posean el mismo espíritu penitencial. Una misma necesidad de Dios y de las obras de misericordia, aunque con distinto estilo literario: la 2CtaF con una expresión espiritual y el “Memoriale” con un lenguaje jurídico 509 . 4. L A R EGLA DE LA TOR Tras el “Memoriale Propositi” de 1221 encontramos la Regla aprobada por Nicolás IV, en 1289, para la Tercera Orden Regular de Penitencia de San Francisco de Asís por medio de la bula “Supra Montem ”. De este modo la Orden de la Penitencia se consolida como una orden franciscana estable 510 . En 1521, por insistencia de los hermanos Menores Observantes, León X aprueba una Regla que somete a la Orden Tercera a los Menores 511 . Pío V, en 1568, deja a la TOR sin su visitador general, y muchas de las fraternidades se rebelan contra tal decisión, hasta que Sixto V, en 1586, les autoriza a celebrar un nuevo Capítulo general. En España ya se tienen noticias de los penitentes franciscanos en 1233 512 . Por su carácter laical y popular, se extienden rápidamen- 544 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 508 El documento que se conserva es de 1228 (descubierto por Paul Sabatier en 1901) y tiene como título: “ Documento del propósito de vida de los hermanos y hermanas de la Penitencia, permaneciendo en las propias casas, iniciado en 1221. En tiempos del Papa Gregorio IX, el 20 de Mayo de 1228, esto es del tenor siguiente ”. 509 L. TEMPERINI, La Regla de la Tercera Orden Regular de san Francisco desde los orígenes hasta nuestros días, en Analecta TOR 123 (1974) 84-87. 510 A partir de entonces surgen problemas de relación con la primera Orden que considera que Francisco no quiso de los penitentes una vida regulada con votos. Para salir al paso de esta problemática se aprueba la carta “Altissimo in divinis ” de Juan XXII, en 1323, para dar validez a sus votos solemnes. En 1447, el Papa Nicolás V autoriza a los penitentes Terciarios para elegir un visitador general propio, y en 1448 encontramos al primer general de una Orden confederada; a Fr. Bartolomé Bonamati de Perusa. En ese año se reconoce a la TOR como una organización de carácter federal tanto para varones como para mujeres cuyo único nexo de unión es el ministro general con su gobierno. 511 La TOR de España no acepta la Regla impuesta de León X y obtiene una propia de Pablo III, en 1547. 512 Gregorio IX envía dos cartas a los arzobispos españoles y una al arzobis- po de Tarragona. En ellas ordena que cuiden espiritualmente a los Hermanos y Her-

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