NG200602003

Señor, es el alma de la vocación de la Iglesia a ser “sacramento” (SRS 40). Por tanto, el hombre es destinado, ya en esta vida, a la comu- nión con Dios-Trinidad en fuerza del Hijo encarnado, del Espíritu Santo que habita en los corazones, como lo subraya el Compendio: “Reconocer el amor del Padre significa para Jesús inspirar su acción en la misma gratuidad y misericordia de Dios, generadoras de vida nueva, y convertirse así, con su misma existencia, en ejemplo y modelo para sus discípulos. Estos son llamados a vivir como Él y, des- pués de su Pascua de muerte y resurrección, a vivir en Él y de Él, gra- cias al don sobreabundante del Espíritu Santo, el Consolador que interioriza en los corazones el estilo de vida de Cristo mismo” (CDSI 29). Como consecuencia, “en cuanto evangelio que resuena mediante la Iglesia en el hoy del hombre, la doctrina social es Pala- bra que libera. Esto significa que posee la eficacia de verdad y de gracia del Espíritu de Dios, que penetra los corazones, disponiéndo- los a cultivar pensamientos y proyectos de amor, de justicia, de liber- tad y de paz” (CDSI 63). En este sentido puede verse cómo Pablo VI une la misión humanizadora de la Iglesia al afirmar que “camina unida a la humanidad y se solidariza con su suerte en el seno de la historia” (OA 1) con la acción del Espíritu del Señor en el corazón de los hombres congregando por todas partes comunidades cristianas fie- les a su responsabilidad social (Cf OA 2). Según esto, el humanismo trinitario está en la raíz ontológica del humanismo del ser humano: “El Espíritu del señor, que anima al hombre renovado en Cristo, trastorna de continuo los horizontes donde con frecuencia la inteligencia humana desea descansar… En el corazón del mundo permanece el misterio del hombre, que se des- cubre hijo de Dios en el curso de un proceso histórico y psicológico donde luchan y se alternan presiones y libertad, opresión del pecado y soplo del espíritu” (OA 37). Efectivamente, la ontología trinitaria es la raíz y razón de ser del comportamiento social del cristiano y de todos los hombres de buena voluntad ya que “en realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado…. Por Cristo y en Cris- 356 ÁNGEL GALINDO GARCÍA

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