NG200602003

compromiso político comporta una conciencia experimental y viva de Jesús que se nos revela, sino los destinatarios mismos de este tes- timonio son revelación de Jesús a través de su vida, de su esfuerzo, de su sufrimiento. Todo este testimonio se ha de vivir sacramental- mente manifestado de la siguiente manera: 1º. La sacramentalidad de la caridad en Cristo dentro de la Igle- sia marca el ámbito del perfil de la actividad del cristiano. La cari- dad política sólo será cristiana si se vive desde la “Ecclesia” o desde la comunidad. Esta perspectiva puede experimentarse desde una vida sacramental. La experiencia humana del amor, como toda la historia, tiene un significado sacramental en el aspecto cristiano. Esta afirmación puede ser ilustrada bien en el sentido amplio de la sacra- mentalidad bien en el sentido de la sacramentalidad propiamente dicha. En cuanto al primer sentido amplio podemos decir que todo lo dicho hasta ahora nos conduce a liberar la caridad de la privatiza- ción intimista para situarla a nivel de la energía estructural de la igle- sia en su interior (sacramentos) o en relación con la sociedad (ser- vicio). La tarea de liberación y de solidaridad, vividos en el contexto de un testimonio eclesial del Resucitado, adquieren un valor sacra- mental. Afirmar la sacramentalidad de la caridad significa contempo- raneamente declararse la absoluta no-divinidad y su importancia e irrenunciabilidad como mediación eclesial y escatológica. 2º. En cuanto a lo segundo o la relación sacramentos y caridad, debemos decir que el valor sacramental de la caridad no interesa solamente a la Iglesia en general, sino a todos sus gestos institucio- nales y carismáticos. Si la evangelización y el sacramento son las dos líneas de la Iglesia podemos decir que ambas lo son como forma y como contenido de la caridad. La evangelización, realizada a través del kerigma y del testimo- nio, manifiesta el anuncio de la prioridad del don de Dios en Cristo que llama a los hombres a la solidaridad en el Espíritu de Jesús. En realidad los sacramentos presuponen siempre la evangelización y la solidaridad eclesial y social pero son también una consolidación y una promoción. Quien ejerce la caridad en la vida social y en el compromiso necesita acceder a los sacramentos para consolidar, para recibir fuerza y de esa manera promover su propia acción. Se 394 ÁNGEL GALINDO GARCÍA

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