NG200602003

La Pascua con la fracción se nos presenta de forma unificada e “inseparablemente como acto del Padre, del Hijo y del Espíritu: cumbre de la autocomunicación de Dios y suprema glorificación de su nombre (Jn 12,28). Es también un acto que afecta al Padre, en cuanto que la muerte de Jesús debe comprenderse dentro del pro- yecto de salvación... un acto del Hijo”, en cuanto que libremente se entrega a la muerte y “un acto del Espíritu” en cuanto fusión esca- tológica del Espíritu con toda la humanidad 61 . Asimismo, los cristianos se configuran dentro del perfil de miembros del pueblo de Dios y como ciudadanos de una sociedad civil. En este marco su compromiso es a la vez político y eclesial o religioso. Por ello, la estructura de la fe se desarrolla en el dinamis- mo de la conversión buscando la comunión recíproca: conversión al mundo de Dios Padre que da al Hijo por la salvación del mundo, y en el don del Espíritu que llama a los hombres a ser “hijos de Dios”; y conversión del hombre a Dios Padre en la transformación conti- nua de la propia vida en el sentido de una configuración permanen- temente referida a la estructura del don propia de la fe en el Padre de Jesús en el Espíritu. Transformarse es conformarse al don. Hasta aquí nos hemos parado a reflexionar sobre la “conversión de Dios al hombre”. Ahora, en tercer lugar, nos detenemos sobre la transformación que se da en aquellos que creen en el Padre de Jesús, distinguiendo el momento del compromiso personal de lo social en la conciencia de su insuperable relación dialéctica. Desde aquí comenzaremos a analizar la dimensión política de la caridad, sabiendo que la esencia del hombre es independiente del compro- miso social. Cuando el hombre se pone conscientemente delante de Dios tiene ya una imagen de Dios que acepta (creencia) o refuta (incre- dulidad). El silencio de Dios hace posible emerger de esta imagen: o se le acepta amorosamente o se le rechaza. Esta es condición de la libertad germinal del hombre delante de Dios, es la imagen que está en el germen y origen del compromiso. Cuando Dios calla, el hombre prueba su afiliación libre o su aceptación libre de su filia- 392 ÁNGEL GALINDO GARCÍA 61 Cf. P. CODA, O.c., 123.

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